EEUU recurre a la fórmula 24/7 para intentar desatascar las cadenas de suministro y evitar el colapso en Navidad

El puerto

Veinticuatro horas al día, siete días a la semana (24/7). Este es el plan del Gobierno de EEUU para intentar deshacer algunos de los nudos que están ahogando a las cadenas de suministro. Aumentando las horas operativas de trabajo se pretende que los envíos y los pedidos lleguen antes a sus destinos, lo que requerirá un esfuerzo extra de las empresas de transportes y, probablemente, de los trabajadores.

La administración Biden se ha asegurado el compromiso de Walmart, UPS y FedEx para incrementar las horas de trabajo en un intento por aliviar los cuellos de botella en la cadena de suministro que pesan sobre la recuperación económica mundial y de EEUU.

Según ha revelado un alto funcionario de la Casa Blanca al Financial Times, las tres compañías anunciarán este miércoles un movimiento hacia un modelo de siete días a la semana las 24 horas como medida desesperada para ayudar a resolver los desajustes entre la demanda y la oferta, aliviando a su vez la escasez de ciertos suministros.

El gran obstáculo para implementar esta política está en la escasez de trabajadores disponibles. Las empresas necesitarían incrementar sus plantillas para alargar las horas y los días que están operativas, pero para ello necesitan encontrar trabajadores, algo que no están consiguiendo con los salarios que ofrecen actualmente. Aumentar las horas extra de trabajo de los empleados ya en nómina es otra opción, pero con un potencial mucho más limitado.

El anuncio de las empresas estadounidenses se espera que se produzca antes de la cumbre de la Casa Blanca convocada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que se reunirá con líderes empresariales, ejecutivos portuarios y de carga y funcionarios sindicales para discutir el complejo estado de las cadenas de suministro globales.

«La cadena de suministro está esencialmente en manos del sector privado, por lo que necesitamos que den un paso adelante para ayudar a resolver estos problemas», según ha comentado un alto funcionario de la administración de Biden al diario británico.

«Entre UPS y FedEx enviaron en conjunto el 40% de todos los paquetes en EEUU en 2020. Dando estos pasos, le están diciendo al resto de la cadena de suministro: ‘Ustedes deben moverse también. Avancemos'», ha asegurado el funcionario. Además, la Casa Blanca también podría contar con el compromiso de Target, Home Depot y Samsung de trabajar más duro para intentar dar salida a los contenedores que se apilan en los puertos llenos de materiales. inputs y productos que no terminan de llegar a las empresas, ni al consumidor final.

No hay mano de obra

La administración Biden también ha estado presionando a las empresas de transporte ferroviario, de camiones y a los puertos para que aumenten su propia capacidad para satisfacer la creciente demanda. Sin embargo, muchas firmas aseguran que están teniendo dificultades para encontrar personal suficiente, mientras que la escasez de espacio de almacenamiento cerca de los puertos está también impidiendo que la actividad se desarrolle con normalidad.

El funcionario consultado por el FT asegura que el Puerto de Long Beach en California ya está tomando las medidas necesarias para operar en un horario de 24 horas al día, 7 días a la semana, mientras que el vecino Puerto de Los Ángeles ha decidido igualar ese método de trabajo, con el respaldo crítico de International Longshore y Unión de Almacenes.

«Realmente depende de los operadores de la terminal abrir en esos horarios y realizar movimientos de carga en las horas libres, pero parece que la mano de obra se ha comprometido a estar allí. Sabemos que están comprometidos para hacerlo», asegura el funcionario.

Horarios más largos

Esta medida de la Casa Blanca que presiona a las empresas para aumentar los horarios y su capacidad tiene un claro objetivo: que la economía siga fluyendo en la temporada de mayor consumo del año. Este movimiento se produce en medio de una creciente preocupación por la pérdida de impulso de una recuperación que se está viendo lastrada por los cuellos de botella en la cadena de suministro. A su vez, esta situación está generando presiones inflacionistas, que también podrían obstaculizar el rebote de la economía.

En una entrevista con la CBS este martes, Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, reconoció que las cadenas de suministro estaban «muy estresadas», y señaló que «cerca de 100 barcos» estaban atracados fuera de los puertos de Los Ángeles y Long Beach «esperando descargar mercancías». Yellen confía en que los problemas se resolverán y la ‘sangre no llegará al río’.

«Puede producirse una escasez aislada en algunos bienes y servicios en los próximos meses. Pero hay una amplia oferta de bienes. Y creo que no hay razón para que los consumidores entren en pánico por la falta de los productos que querrán adquirir en Navidad «, sentenció Yellen.

El compromiso de las empresas

Según el documento que pretende distribuir la Casa Blanca, Walmart se comprometerá a aumentar «significativamente» el uso de las horas nocturnas, incrementado su «rendimiento», o capacidad, «hasta en un 50% durante las próximas semanas».

UPS se ha comprometido a seguir adelante con sus operaciones las 24 horas del día. FedEx, por su parte, ha asegurado que hará cambios que le permitirían duplicar el volumen de la carga que sale de los puertos por la noche.

Los transportistas «se comprometerán a trabajar 24 horas al día, 7 días a la semana» en puertos clave en el sur de California, según han revelado altos funcionarios de la administración a la NBC.

La situación es crítica. Fábricas de coches paradas, casas sin construir por falta de materiales… este miércoles se ha conocido que Apple ha reducido la producción de sus teléfonos móviles iPhone 13 en 10 millones de unidades con respecto a sus previsiones iniciales debido a la escasez global de suministros de procesadores que afecta a la industria. El Gobierno de EEUU busca fórmulas para suavizar el impacto de estos cuellos de botella, aunque la solución no es sencilla.

La presión del gobierno se centrará en desatascar algunos inputs clave que están poniendo a prueba a la economía: «Construcción de viviendas, semiconductores, transporte y agricultura y alimentos» serán algunas de las ramas que podrían beneficiarse de esta política.