Fotografías de Paul McCartney de los tiempos de la “beatlemanía” llegan a Nueva York

La selección de casi 300 imágenes narra el camino de Los Beatles a convertirse en superestrellas globales. La muestra está abierta en el Museo de Brooklyn hasta mediados de agosto

A principios de la década de 1960, en pleno apogeo de la Beatlemanía, la ciudad de Nueva York fue tomada por asalto cuando los Beatles iniciaron su visita a Estados Unidos.

Decenas de miles de fans salieron a la calle con la esperanza de ver a los Fab Four, y Paul McCartney, miembro del grupo, estaba preparado para recibirlos. Pero McCartney no se limitó a posar para las fotos, sino que las tomó él mismo con su cámara Pentax de 35 mm.

Seis décadas después, McCartney ha vuelto a Nueva York, donde expone sus fotografías en Paul McCartney Photographs 1963-64: Eyes of the Storm, que ofrece una visión íntima de cómo era la vida dentro y fuera del escenario como miembro de una de las bandas más influyentes de la música.

Tras su exitoso paso por la National Portrait Gallery de Londres, la exposición se inauguró este fin de semana en el Museo de Brooklyn, donde permanecerá hasta el 18 de agosto.

“[McCartney] estaba teniendo una conversación sobre la colección de [su difunta esposa] Linda McCartney en una exposición de su obra con su comisaria de fotografía, Sarah Brown. Mencionó que creía haber tomado fotografías a finales de 1963 o 1964, durante el auge de la Beatlemanía”, explica Catherine Futter, directora de asuntos curatoriales del Museo de Brooklyn . “Cuando se preguntó si aún existían, Sarah le dijo: ‘Sí, los contactos están en los archivos’”.

La colección incluye fotografías en blanco y negro de los primeros años de The Beatles, con sus shows en Londres y en Liverpool, la ciudad natal del grupo. Los escenarios de las fotografías de McCartney pasan rápidamente de las actuaciones en salas de conciertos inglesas al escenario de The Ed Sullivan Show, el histórico programa de televisión en el cual se presentaron el 9 de febrero de 1964, una fecha histórica para la cultura popular de Estados Unidos cuando unos 73 millones de telespectadores vieron ese pequeño show.

Más allá de la conservación de su fotografía, McCartney también fue responsable de los elementos visuales y auditivos que crean esta atractiva exposición. Las paredes del museo están forradas con sus recuerdos de la época.