“La laguna rosa” visibiliza la discriminación a personas con síndrome de Down

El próximo jueves 4 se estrenará esta cinta cuya realización es un esfuerzo conjunto entre el director Juan Arce y su hermana Mónica, a los que se unió el fotógrafo Francisco Gallo. Ellos muestran el reverso de lo que supone la sociedad: la realización de los sueños.

Mónica Arce, una joven con síndrome de Down, deseaba cumplir dos sueños: ser bailarina de ballet y actriz. Este último lo cumplió con su hermano Juan Arce –con más de 10 años en el ámbito audiovisual–, al realizar un largometraje.

Se trata de la película de ficción “La laguna rosa” (México, 2022), codirigida por ambos y con Francisco Gallo.

La historia, que se estrenará en Cinemex el próximo jueves 4 de abril, es sobre dos hermanos que se encuentran alejados: Arturo (Gerardo Oñate), un joven superficial y vanidoso, y Mariana (Mónica Arce), una chica con síndrome de Down cuya pasión es el ballet.

Ella logra una importante presentación dancística en la ciudad de Mérida, Yucatán, por lo que necesita la ayuda de su hermano Arturo para ir. Acompañados por Camila (Elsy Jiménez), la maestra de ballet de Mariana, se embarcan en un viaje de reconexión y aprendizaje, donde Arturo cuestionará varias decisiones que lo han distanciado de su hermana, mientras que ésta buscará defender su individualidad a través de la danza, rompiendo con los estigmas y estereotipos asociados a la alteración cromosómica con la cual nació.

“La laguna rosa se ha convertido en nuestra misión, ya que a través de ella queremos visibilizar el síndrome de Down, exhibiendo que al final todos somos personas con problemas, necesidades, cualidades y defectos. La inclusión es fundamental en nuestra sociedad, y la empatía permite que seamos mejores personas, comunidad, país y mundo”, resalta Juan en entrevista.

Desde 2011, cada 21 de marzo es el Día Mundial del Síndrome de Down, designado por la ONU, “afirmando que al garantizar y promover la plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas con discapacidad, es esencial para alcanzar los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente”. También se lee en el documento:

“Consciente de que el síndrome de Down es una combinación cromosómica natural que siempre ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud.

“Recordando que el acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el desarrollo de la persona. Reconociendo la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades, y la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones”.

Alrededor de 1,000 millones de personas en el mundo tienen alguna discapacidad, 1 de cada 700 nace con síndrome de Down y cada una tiene sus propios talentos, defectos y sueños.