A pesar de la tormenta mediática que rodea a Red Bull desde el escándalo de Christian Horner, el director del equipo ha mantenido su posición al frente de la escudería líder de la Fórmula 1.
Sin embargo, una investigación de Motorsport-Total.com arroja que esto no será así por mucho tiempo, ya que podría ser destituido previo al Gran Premio de Australia.
Tras el reciente 1-2 de Red Bull en el Gran Premio de Arabia Saudita, parecía que la tensión interna se calmaba. Oliver Mintzlaff, director general de Proyectos Corporativos de Red Bull, trató de poner fin a las disputas internas, instando a no discutir temas de recursos humanos en público.
La presencia inusual de Franz Watzlawick, CEO del área de bebidas de Red Bull, en Arabia Saudita levantó sospechas. Una investigación revela que Watzlawick podría desempeñar un papel crucial para influir en el apoyo de los propietarios tailandeses a Horner, especialmente cuando se consideran los posibles impactos negativos en las ventas de bebidas.
Se rumora una reunión cumbre en Dubai entre Watzlawick, Mintzlaff y Chalerm Yoovidhya, accionista tailandés mayoritario. La gran preocupación parece ser que la colaboración continua con Horner podría afectar negativamente las ventas de bebidas, especialmente en Estados Unidos, donde la sensibilidad hacia temas como el acoso sexual es alta.
Se rumora que la exasistente personal de Horner planea próximamente hacer una declaración pública para contrarrestar las declaraciones de Horner, quien se ha mantenido firme en negar las acusaciones. Esto aumentaría la presión sobre Red Bull y Horner.
