Asociación de beber alcohol y enfermedad cardiovascular de acuerdo a diferente nivel socio-económico

(Zhu Y et al. JAMA 2024; 7(2):e2354270. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.54270)

Las enfermedades cardiovasculares son causa líder de mortalidad. Las personas de clase socioeconómica baja tienen exceso de tales padecimientos y muerte; aquellos con aumento de estado socioeconómico, se asocian a menores tasas de tales eventualidades.

El consumo de alcohol contribuye a modificar padecimientos cardiovasculares y mortalidad; las personas con elevado consumo de bebidas destiladas con alcohol, se asocian a mayor mortalidad, sin o con desarrollo de hepatopatía alcohólica que incluye a la cirrosis; en general hablamos de una curva en U entre consumo de alcohol y enfermedad cardiovascular (ECV), con menor problema cardíaco en bebedores leves.

En estudio sueco, se ratificó que la mortalidad por ECV incrementa paralelamente al consumo de alcohol y que es mayor en sujetos de estado socioeconómico menor.

En cohorte de personas mayores de 25 años, se evaluó consumo de alcohol, estado socieconómico y mortalidad por ECV. Se incluyeron 524,035 participantes de 50 años de edad en promedio, 290,492 (51.5%) eran mujeres; aquellos con consumo leve de alcohol (menos de 20 g/día) en comparación con los abstemios, tuvieron menos riesgo de ECV. Las personas con consumos mayores de alcohol y particularmente con estado socioeconómico menor, se relacionaron a mayor tasa de ECV, aunque también tuvieron otros factores adicionales potencialmente contribuyentes como tabaquismo, mayor índice de masa corporal y menor actividad física.

Consideraciones sobre hachís
(González M. El País, España)

El hachís es un derivado del cáñamo que se obtiene a partir de su aceite o resina. Su uso es tan antiguo como el mundo. Heródoto nos cuenta que los pueblos de origen iranio denominados “escitas” se daban baños de vapor psicotrópicos, pues el vapor de agua llevaba cannabis. Parece ser que salían de los baños “encantados, gritando de alegría”.

El consumo de más de cinco porros a la semana es un patrón de consumo de alto riesgo.

La prohibición que durante años consiguió criminalizar su consumo, despertó la curiosidad de un médico francés y tuvo como resultado el primer trabajo científico del hachís y la alienación mental, firmado por el psiquiatra Jacques-Joseph Moreau (1804-1884), quien conoció el hachís y sus posibilidades en uno de sus largos viajes por tierras de Oriente, que según dejó escrito, “no existe ningún hecho elemental o constitutivo de la locura que no se encuentre también en las modificaciones intelectuales desplegadas por el hachís”.

Antonio Escohotado, en Historia general de las drogas (Espasa), nos dice que el doctor Moreau “sugería el empleo del hachís para provocar psicosis de laboratorio”. De esta manera tan subjetiva, Moreau conoció la locura dentro de su propia piel. Según sus propias palabras “ésta es la única manera de estudiar dichos efectos, pues la observación hecha sobre otros aporta solamente apariencias que poco o nada resuelven, si es que no nos hacen caer en burdos errores”.

Jacques-Joseph Moreau, “científico” que llegó a montar un grupo denominado Club des Haschischins, colectivo artístico que se reunía en el Hôtel de Pimodan a tomar dawamesk, una especie de mermelada de hachís que servía a los miembros del club para “penetrar en las raíces de la imaginación”, tal y como nos dice Escohotado en su Historia general de las drogas. Los integrantes de este pintoresco club eran personajes de la vida bohemia parisina, artistas de la letra como lo fueron Gautier, Baudelaire, Rimbaud, Balzac o Victor Hugo. El hachís es una sustancia psicotrópica; las reuniones mezclaban la ebriedad con la experimentación científica. Por eso resulta paradójico lo poco que se reconoce el uso terapéutico de una sustancia que fue introducida en Europa por un médico.

Efecto de cannabis en hombres de edad que manejan (Di Ciano P et al. JAMA Netw Open. 2024; 7
(1):e2352233. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.52233)

Estudios epidemiológicos han establecido que cannabis aumenta el riesgo de vehículos en movimiento y estudios de laboratorio, mostraron que disminuyen reacciones y modifican cálculo de velocidad y distancia.

Los adultos de edad avanzada pueden ser particularmente afectados por el consumo de cannabis, con alteraciones en cognición; los cambios metabólicos propios de la edad avanzada, prolongan los efectos de tal droga en su organismo, conjuntamente con la competencia de medicamentos empleados.

La delta-9-tetrahydrocannabinol (THC), parece ser el principal componente responsable de efectos en el manejar, con límites de concentraciones que van entre 0 y 5 ng/mL.

Los investigadores realizaron estudio en 31 personas con promedio de edad de 68.7 años, con niveles de THC que aumentaron significativamente a 30 minutos y persistieron hasta 5 horas, con dificultades o modificaciones para manejar durante 3 horas posterior al efecto de haber fumado cannabis.

Terapia con células CAR-T en esclerosis múltiple
(Mullard A. Nature 2024; doi.org/10.1038/d41586-024-00470-5)

Con la esperanza de células inmunes generadas por ingeniería que han mostrado ser útiles en diversos tipos de cánceres sanguíneos, en los padecimientos autoinmunes se han también venido utilizando.

James Chung, jefe de Kyverna Therapeutics, firma de biotecnología en Emerville, California, menciona que las potenciales ventajas de la producción de proteínas denominadas receptores antigénicos de células T, no se limitan a las neoplasias malignas, su actuación sobre linfocitos B los que son protagonistas en enfermedades autoinmunes, invitan a considerarse como eficaces también en tales condiciones.

En la esclerosis múltiple, padecimiento autoinmune, participan en el daño neuronal los linfocitos T y B, con protagonismo de células B CD20, productoras de autoanticuerpos patogénicos. La depleción de tales CD20, se logra con el empleo de las CAR-T. Sin embargo el empleo de las células CAR-T en cánceres puede dañar al sistema nervioso, el cual es el órgano blanco afectado en la esclerosis múltiple; en Alemania ya se ha probado este tratamiento y los resultados son alentadores, además de la eficacia en otras enfermedades autoinmunes como lupus eritematoso y Miastenia gravis.

Tratamiento con CAR-T en enfermedades autoinmunes graves
(Muller F et al. resumen por Velazco JI, MI y residente de la superespecialidad de Reumatología; N Engl J Med. 2024. 390: 687-700)

El receptor de antígeno quimérico de cél T (CAR T) es eficaz para cáncer hematológico, particularmente de cél B malignas y aparentemente es útil para enfermedades autoinmunes.

Los autores incluyeron pacientes graves y refractarios con lupus (8), miopatías inmunes (3) y esclerodermia (4), en los que se emplearon CAR-T (CD19 CAR CD4- y CD8-) post-linfodepleción con quimioterapia.

Los 8 con LES cumplieron criterios de baja actividad o remisión, desaparecieron anticuerpos característicos a-dsDNA, proteinuria y se normalizaron los niveles de complemento. Los 3 individuos con miopatía tuvieron respuesta clínica mayor, normalización de enzimas musculares (creatincinasa) CPK a los 3m y los 4 con esclerodermia, tuvieron mejoría ostensible del endurecimiento cutáneo.

Posterior a tratamiento, las respuestas protectoras de anticuerpos como respuesta de vacunas se mantuvieron estables a tétanos, sarampión, varicela-zoster y Epstein Barr, pero con descenso moderado contra neumococo y SARS-CoV2.

No hubo síndrome de liberación de citocinas moderado o grave ni neurotoxicidad importante; un paciente con lupus tuvo neumonía que se resolvió con antibióticos.