¿Por qué te sientes triste o depresivo después del sexo?

Hablemos de la disforia postcoital.

El sexo puede ser responsable de algunos de los mejores momentos de nuestras vidas, pero en el caso de algunas personas, también es responsable de algunos momentos bajos.

Una vez que pasa la felicidad inicial del sexo, ¿te has encontrado con sentimientos de tristeza, enfado o ansiedad? Resulta que es una respuesta corporal real al sexo y es completamente normal, y se llama disforia postcoital.

Forma parte del ciclo de la respuesta sexual humana, que consta de cuatro etapas: excitación, meseta, orgasmo y resolución. La disforia postcoital puede formar parte de la fase de resolución.

¿Qué es exactamente la disforia postcoital?: La disforia postcoital o PCD es un fenómeno extraño pero relativamente común que puede llevarnos a experimentar sentimientos intensos de tristeza, soledad y ansiedad después del sexo.

Está bien documentado pero relativamente poco estudiado, y aparece en escritos históricos, desde interpretaciones de la antigua Grecia sobre salud sexual hasta textos religiosos, pasando por famosas cartas de amor o grandes obras de ficción romántica.

Puede tener muchas causas, por lo que merece la pena conocerlas y saber cuáles son motivo de preocupación.

La melancolía post sexo es una respuesta natural del cuerpo, debida a la subida y bajada de las hormonas antes, durante y después de la actividad sexual. Puedes tener el mejor sexo de tu vida, una relajación mental total y placer corporal, y aún así sentirte triste, intranquilo y con ganas de llorar después.

Pero la PCD también puede estar causada por asociaciones mentales con el sexo, como la vergüenza social, el miedo y el arrepentimiento, traumas almacenados en el cuerpo y otros factores psicológicos que podrían depender de las circunstancias o de problemas a más largo plazo.

Suele ser un sentimiento involuntario que se instala después de haber tenido relaciones íntimas con otra persona.

¿La disforia postcoital es más común en las mujeres?: Sí, pero por razones complejas.

La PCD es más común en las mujeres que en los hombres, pero podría decirse que esto se debe a una mezcla de vergüenza y miedo interiorizados asociados al sexo, ya que las mujeres son históricamente más propensas a preocuparse por el sexo y lamentar sus consecuencias.

Debido a los altibajos hormonales a lo largo del ciclo menstrual, que pueden aumentar la sensibilidad y las respuestas emocionales a la intimidad.

El embarazo y la menopausia también pueden crear una mayor probabilidad de experimentar PCD.

Dicho esto, los hombres también pueden experimentar disforia postcoital, y es importante no generalizar y asumir lo contrario.

Si sufres disforia poscoital, ¿cuál es la mejor forma de cuidarte?: Hay muchas formas de ‘tratar’ el PCD, desde practicar diversas formas de intimidad con la pareja hasta probar diversas formas de meditación:

Los abrazos, las miradas fijas y las palabras de afirmación aumentan las hormonas de la felicidad, como la oxitocina y la dopamina, por lo que estar cerca y dedicarse a los cuidados posteriores con la pareja puede ayudar a fomentar sentimientos de seguridad y protección, combatiendo las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina.

A veces se trata de distraer la mente y alterar el patrón de pensamiento, lo que puede hacerse mediante el tacto somático.