Hacer deporte en pareja puede ayudar a mantener una relación sana

El verano es un momento en que muchas de las relaciones de pareja se enfrentan a una gran oportunidad, pero también a un gran reto que es tener más tiempo libre para compartirlo con la pareja.

Año tras año se confirma que este es el momento en que más aumentan las cifras de separaciones y divorcios; según confirman los estudios, el 33% de las rupturas matrimoniales se producen durante este periodo del año…

Disponer de más tiempo libre en vacaciones nos da la oportunidad de incluir nuevos hábitos en nuestro día a día que nos ayuden a cuidar de nuestro bienestar, es tiempo para hacer todo aquello que anhelamos durante el año.

Solemos poner muchas expectativas en este periodo de tiempo, por lo que, si no lo aprovechamos puede ser también un momento en que surja la frustración y se hagan más evidentes aquellas carencias que tenemos en nuestra vida y también en nuestra relación de pareja.

El ejercicio físico, como fuente de bienestar emocional y mejora de la autoestima

Con la actividad física liberamos endorfinas, lo que mejora nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad de concentración; nos sentimos más ágiles y con más energía positiva.

El ejercicio físico hace que nuestra sangre comience a circular rápidamente por todo nuestro cuerpo. Pero no solo por las zonas que estamos moviendo, sino también activa el flujo sanguíneo del cerebro, incrementando su actividad, proporcionándole más nutrientes y estimulando la plasticidad cerebral y el crecimiento de nuevas neuronas.

Este proceso de activación del cuerpo nos proporciona bastantes beneficios:

El ejercicio mejora tu salud mental y bienestar emocional: se activa la liberación de endorfinas, responsables del bienestar emocional y la felicidad.

El ejercicio nos ayuda a mantener el estrés a raya, manteniendo los niveles de cortisol más controlados y promoviendo la producción de hormonas como la serotonina y dopamina que favorecen el bienestar y la relajación.

El ejercicio aeróbico aumenta el volumen cerebral, sobre todo en el lóbulo temporal, mejorando así algunas de nuestras funciones cognitivas como la memoria.

La actividad física fomenta la plasticidad cerebral: el ejercicio físico aeróbico continuado, activa la neurogénesis, la creación de neuronas, lo que fomentará la capacidad de aprendizaje y retención.

Nuestra autoestima mejora, somos capaces de marcarnos objetivos y conseguir determinados logros que aumentan el nivel de satisfacción con uno mismo.