Con victoria de honor Nadal se despide en las Finals

“Oler la victoria es importante en el último partido oficial de la temporada”

En el tenis, igual que en la vida, hay diferentes formas de despedirse.

Y Rafa Nadal quería hacerlo con honor, “de la mejor manera”, como dijo después de perder el pasado martes contra Taylor Fritz en la segunda jornada del Grupo Verde de las ATP Finals.

¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA

En ese momento, sabía que ya estaba prácticamente eliminado, aunque esa posibilidad se consumó más tarde, con la derrota de Fritz ante Casper Ruud.

El noruego, que con ese resultado ya estaba clasificado para las semifinales como primero de grupo, estel día de ayer jueves fue precisamente el último rival de Nadal en el torneo.

El balear, que se marchará con él de gira por Sudamérica el próximo lunes, le ganó por un doble 7-5 en 1h42. “Oler la victoria es importante en el último partido oficial de la temporada.

Estoy contento con la actitud que tuve en el entrenamiento de ayer (miércoles) tras dos encuentros duros, y de haber podido ganar a un gran jugador”, dijo Rafa.

Sobre el tapete del Pala Alpitour de Turín, además de la honra de un campeón, estaban 200 puntos y 370.000 euros para el ganador.

Se los llevó el balear y tienen más importancia de la que parece, porque le sirven para poder resistir con mayores garantías en el segundo puesto del ranking ante la amenaza del propio Ruud y de Tsitsipas, que podrían adelantarle; porque, así las cosas, el noruego necesita ser campeón y el griego llegar a la final.

Pudo más el deseo de Nadal de marcharse para casa con buenas sensaciones, que la motivación de Ruud por el botín de puntos y dinero, sin consecuencias para la clasificación de las Finals.

Sabe que se enfrentará hoy a Tsitsipas o a Rublev, que se midieron ayer en duelo directo por una plaza en los cruces.

“Necesitaba demostrar que sigo siendo competitivo para poder volver a casa con calma. Para mí, la satisfacción personal es más importante que cualquier título”, explicó el español.

Dos sets muy parecidos

No obstante, el tenista nórdico, de 22 años y cuarto del mundo, compitió, sobre todo en un primer set que se le escapó cuando incomprensiblemente perdió su servicio en blanco en el duodécimo juego.

Había estado muy seguro con el saque hasta entonces e incluso había amenazado el de Rafa con un 30-40 y una ventaja.

A partir de ahí, el signo del partido cambió. Nadal (37 golpes ganadores, 16 de saque directo, cuatro de ellos seguidos en el noveno juego del segundo set) protegió sus turnos con acierto, de manera que desde el undécimo juego de la primera manga, un languidecido Casper solo le arañó cuatro puntos al resto hasta el 6-5 de la segunda (Nadal acabo con un 93% de tantos ganados con primeros).

Y acto seguido se entregó, como en el anterior parcial, al no poder alcanzar un potente revés cruzado del manacorí, que no celebró demasiado el triunfo.

Normal para un jugador que no se conforma; al que se le resiste una vez más el único gran título que le queda por ganar, la Copa de Maestros; que siempre persigue la gloria. Y así continuará.