Desde el “Spanish Tickler” hasta la “Tortura China del Agua”, la Edad Media empleó prácticas de tortura extremas que causaban sufrimiento físico y psicológico a sus víctimas.
La Edad Media fue una época marcada por la brutalidad y la violencia, donde los métodos de tortura eran utilizados para extraer confesiones, castigar delitos o imponer el miedo.
A través de dispositivos y técnicas atroces, se infligía un sufrimiento inimaginable a las víctimas, muchas veces sin piedad ni compasión.
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A continuación, se presentan 20 de los métodos de tortura más espantosos usados durante este período.
Spanish Tickler: Un dispositivo de tortura medieval con picos en su extremo, utilizado para desgarrar la carne de la víctima. Provocaba un dolor extremo y lesiones graves, desgarrando la piel en varias capas.
La Muerte por Sierra: Esta tortura consistía en cortar a la persona viva por la mitad, ya sea de forma vertical u horizontal, causando un dolor insoportable y una muerte lenta.
Tortura China del Agua: Un método principalmente psicológico donde se ataba a la víctima y se dejaba caer agua lentamente sobre su frente, lo que eventualmente les volvía locos debido a la angustia constante.
La Rueda: En este método, las víctimas eran atadas a una rueda de madera mientras sus extremidades eran aplastadas, lo que provocaba heridas graves y, a menudo, la muerte.
El Torniquete: Este dispositivo se utilizaba para apretar las extremidades de la víctima, cortando la circulación y provocando un dolor insostenible, hasta que el brazo o la pierna eran cercenados.
El Banco de Estiramiento: La víctima era atada a una mesa de tortura y estirada hasta que sus extremidades se dislocaban o se desgarraban, provocando un sufrimiento extremo.
El Calabozo de Hierro: Una especie de jaula de hierro en la que se mantenía a la víctima durante días o semanas, causando sufrimiento físico y psicológico, además de la desnutrición.
La Prensa de Hierro: Este dispositivo aplastaba lentamente las extremidades de la víctima, sometiéndola a una presión insoportable hasta que los huesos se quebraban.
El Empalamiento: Se introducía un gran palo afilado a través del cuerpo de la víctima, comenzando por el recto o la vagina, y se dejaba caer al prisionero desde una gran altura, lo que le causaba una agonía prolongada.
El Desmembramiento: Este método consistía en cortar las extremidades de la víctima de forma deliberada y sin prisa, causando un dolor insoportable y una lenta desangración.
El Péndulo de Hierro: Un dispositivo que consistía en una gran piedra o metal colgando de un péndulo que oscilaba sobre el cuerpo de la víctima, aplastándola poco a poco.
La Lengua Cortada: Se cortaba la lengua de la víctima para evitar que pudiera hablar, lo cual era una forma de humillación y castigo severo.
La Llama: Se usaba fuego directamente sobre el cuerpo de la víctima, ya sea quemando partes del cuerpo o utilizando el calor para torturar a la persona sin causar la muerte inmediatamente.
La Mordaza de Hierro: Un dispositivo de metal que se colocaba en la boca de la víctima para evitar que hablara, causándoles dolor y malestar severo.
La Madera de Tortura: Se ataba a la víctima a una tabla de madera y se le golpeaba con palos, causando graves contusiones y fracturas.
La Tortura de la Campana: Se colocaba a la víctima dentro de una campana gigante y se hacía sonar la campana durante largos periodos de tiempo, lo que causaba dolor físico y una intensa angustia mental debido a la presión del sonido.
La Tortura del Aire: Consistía en introducir aire a presión dentro del cuerpo de la víctima, inflando los órganos internos y causando un dolor insoportable.
La Tortura del Hielo: La víctima era atada a una mesa fría o a un banco de hielo, provocando congelación y daño en los nervios, lo que generaba un dolor intenso.
La Rueda de la Muerte: Se ataba a la víctima a una rueda grande y se giraba con gran fuerza hasta que el cuerpo se rompía por la presión, causando muertes horrendas.
La Tumbona: Un dispositivo de tortura donde la víctima era colocada en una tabla inclinada, con los pies elevados por encima de la cabeza. A medida que el cuerpo se deslizaba hacia abajo, las extremidades se dislocaban y los músculos se desgarraban.
Cada uno de estos métodos tenía como objetivo principal imponer un sufrimiento físico y psicológico extremo, siendo usados en diversas situaciones como castigos por delitos, herejías o como forma de intimidación política.
Estos métodos son un triste recordatorio de la oscuridad de la historia humana y del sufrimiento infligido a aquellos considerados “enemigos” de los poderosos. Afortunadamente, hoy en día, los derechos humanos han avanzado considerablemente, y la tortura está prohibida en la mayoría de las naciones del mundo.