Ceramista japonesa fabrica extravagantes esculturas de frutas exóticas

Sus creaciones se inspiran en frutas exóticas y otros motivos naturales.

Ceramista japonesa  fabrica extravagantes esculturas de  frutas exóticas

La artista japonesa Kaori Kurihara esculpe extravagantes esculturas de cerámica con forma de frutas y plantas exóticas, tanto reales como imaginarias. Sus exquisitas piezas se inspiran en gran medida en el mundo vegetal, especialmente en las formas y la repetición geométrica natural de las formas de la naturaleza. ¿Su primera musa? El durián: una fruta puntiaguda, comúnmente encontrada en las regiones del sudeste asiático, que es conocida por su apestoso olor y su sabor distintivo.

“Me sorprendió su forma única y magnífica”, comparte Kurihara. “Gracias a este descubrimiento, empecé a crear mi serie de ‘frutas imaginarias’… Me inspiro en la naturaleza y busco un equilibrio entre la realidad y la fantasía. Es mi propia imaginación”.

Kurihara también se inspira en las formas y texturas de otras frutas exóticas y de la vegetación tropical. Y con un pie firmemente plantado en la naturaleza y el otro rozando el mundo de los sueños, Kurihara elabora piezas imaginativas que son realistas y oníricas a a la vez. Cada una de ellas se construye a mano con una gran atención al detalle antes de ser adornadas con colores vívidos y llamativos.

“Quiero representar algo vivo, y sentir la vitalidad de mis piezas”, dice Kurihara. “Cada parte de la pieza debe ser tocada y trabajada, nunca dejo una parte en blanco… Si siento una conexión visual, eso significa que he tenido éxito”.

A pesar de lo intrincadas que son sus piezas de cerámica, Kurihara admite que el paso más largo del proceso es decidir qué pigmentos de colores usará para decorar sus creaciones. “La propia pieza me guía hacia sus colores”, explica. Cuando la visión de Kurihara se materializa, es difícil no quedar hipnotizado por las exquisitas texturas y los tonos matizados que adornan la superficie de sus extrañas y encantadoras frutas.