Hasta la fecha, se cree que el long Covid es producto de un reservorio del coronavirus que queda instalado en los tejidos humanos
De acuerdo con el Centro de Investigación de Habilidades del Hospital Mount Sinai, las vacunas antiCovid podrían no estar beneficiando la sintomatología desencadenada por el Covid-19 de larga duración o «long Covid», ya que cada semana reciben más de 100 pacientes, que luego de un par de meses de recuperarse de la enfermedad, aún presentan fatiga extrema, falta de aire y dificultad para concentrarse, pese a contar con la inmunización completa.
David Putrino, representante del centro, expuso en una publicación de «Nature«, que las secuelas a largo plazo son una de las consecuencias más severas de la enfermedad, ya que a lo largo de la pandemia ha sido testigo de la forma en que el virus del SARS-CoV-2 ha desestabilizado la salud de gran parte de la población.
Según el fisioterapeuta, pacientes que contrajeron el virus, antes que las vacunas se convirtieran en una realidad, presentaron molestias hasta un año y medio después de dar negativo, y aunque estos casos se han reducido, todavía se presentan en la población inoculada.
“Es notablemente menos común que en personas no vacunadas, pero todavía está ahí”, dijo el especialista.
Hasta la fecha, es muy poco lo que se sabe referente a los efectos de los biológicos frente al Covid prolongado, de acuerdo con algunos estudios de poca difusión, las vacunas reducirían esta condición hasta en un 50%, del mismo modo, hay otros trabajos en los que se sugiere que no tendrían ningún efecto sobre los síntomas persistentes.
Putrino aseguró que estas investigaciones deben ampliarse, pues si se demostrara la incapacidad de las vacunas para tratar estos efectos, nos encontraríamos en un problema de salud pública, ya que no debería alentarse a relajar las medidas sanitarias pese a la reducción en contagios, pues no habría certeza científica que argumente que los inoculos nos mantendrán a salvo de atravesar el long Covid.
El inmunólogo Petter Brodin, del Instituto Karolinska en Estocolmo, manifestó que aún es muy pronto para asegurar las insuficiencias de las vacunas, pues se requiere de tiempo para determinar cuánto se extienden las molestias del Covid prolongado, en caso de contraer una infección irruptiva, nombre que adopta la enfermedad cuando una persona contrae el Covid-19, pese a estar completamente vacunada.
«Hacer cualquier tipo de evaluación de cuántas personas desarrollan síntomas a largo plazo después de ser vacunadas va a ser increíblemente difícil», reconoció el investigador.
En un aspecto en el que los científicos sí están de acuerdo es que, hasta la fecha, los síntomas persistentes del coronavirus no ha sido un tema prioritario para la comunidad científica que lucha por desentrañar otros fenómenos de la enfermedad: «el Covid prolongado sigue siendo un síndrome mal definido», recalcaron.
