El MIT y de la Universidad de Washington, desarrollaon un modelo novedoso que promete revolucionar la manera en que se entiende y predice el comportamiento humano.
La evolución de la Inteligencia artificial avanza con pasos agigantados, tanto que especialistas han advertido en múltiples ocasiones los riesgos que esta tecnología constituye si es gestionada de forma incorrecta.
Y aunque hasta le momento la IA no representa un riesgo del que los humanos deban preocuparse, científicos ya trabajar en el siguiente paso que darán en torno a este tema, sin embargo, podría ser algo que realmente debería poder a las personas en alerta.
Una reciente investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Washington, se ha dado un importante paso adelante en el campo de la inteligencia artificial, al desarrollar un modelo novedoso y altamente avanzado que promete revolucionar la manera en que se entiende y predice el comportamiento humano y que incluso podría resultar escalofriante.
Este sistema tiene una capacidad de predicción sin precedentes al anticiparse a una amplia gama de acciones humanas, desde la elección de rutas en entornos desconocidos hasta los movimientos futuros en juegos de estrategia como el ajedrez. Todo esto se logra mediante el análisis exclusivo de información sobre acciones pasadas de las personas.
Este enfoque innovador considera que las decisiones son simplemente el resultado de restricciones, a menudo invisibles o no reconocidas previamente. Sin embargo, más allá de sus aplicaciones prácticas y tecnológicas, científicos opinaron que este desarrollo invita a la reflexión sobre el libre albedrío de las personas.
Expertos consideraron que, de nueva cuenta, esta evolución de la IA va más allá del plano académico y técnico, hasta alcanzar los terrenos éticos y morales, especialmente en lo que respecta al uso de la inteligencia artificial para analizar y prever comportamientos humanos.
El desarrollo de este modelo de IA por parte del MIT y la Universidad de Washington es un precedente en el campo de la tecnología y la predicción de comportamientos, además, invita a explorar y cuestionar el futuro de la interacción entre humanos y máquinas.
