El féretro del pontífice argentino fue visitado durante tres días antes de su funeral en Roma.
La basílica de San Pedro en Roma recibió a unas 250 mil personas que desfilaron ante el féretro del papa Francisco, fallecido el lunes 21 de abril, en lo que fue su última exposición pública antes del funeral programado para este sábado 26. La capilla ardiente concluyó la tarde del viernes 25 a las 19:00 h local, tras permanecer abierta desde el miércoles 23.
El Vaticano confirmó que el rito del cierre del féretro se realizará a las 20:00 h de forma privada, previo a las solemnes exequias en la Plaza de San Pedro. Las autoridades italianas prevén la llegada de al menos 200 mil personas al funeral, así como 130 delegaciones internacionales, entre ellas jefes de Estado como Donald Trump y los reyes de España.
El cortejo fúnebre recorrerá toda la ciudad de Roma tras la misa, llevando los restos del papa hasta la basílica de Santa María La Mayor, donde él mismo pidió ser sepultado por su profunda devoción a la Virgen ‘Salus Populi Romani’. La tumba consistirá en una losa de mármol con la inscripción “FRANCISCUS” y una réplica de su cruz pectoral.
El Vaticano confirmó la llegada de 149 cardenales, de los cuales 133 menores de 80 años participarán en el próximo cónclave. El funeral será presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, en una ceremonia marcada por la sencillez y el simbolismo.
Francisco, primer papa latinoamericano y jesuita, eligió un estilo pastoral y humilde que transformó el pontificado. Su despedida ha movilizado a fieles de todo el mundo, que han llenado las calles de Roma en señal de respeto y gratitud por su legado de cercanía, justicia social y diálogo interreligioso.
El papa emérito Benedicto XVI, fallecido en 2022, había sido enterrado en la misma basílica. En cambio, Francisco pidió reposar junto a la imagen mariana más querida por los romanos, manteniéndose fiel a su estilo personal y espiritualidad franciscana.
El domingo, tras el funeral, los cardenales visitarán su tumba en Santa María La Mayor, antes de iniciar los encuentros informales que preceden al cónclave. La Iglesia Católica se prepara así para elegir al nuevo pontífice en los próximos días.
