Una monja rompe el protocolo para despedir al papa Francisco: “Fue su amiga y confidente”

Sor Geneviève Jeanningros, de 81 años, rezó en silencio junto al féretro del pontífice en San Pedro

En una emotiva despedida al papa Francisco este miércoles en la basílica de San Pedro, una imagen capturó la atención de los presentes: una monja de 81 años, ajena al protocolo vaticano, se detuvo varios minutos en silencio y oración junto al féretro del pontífice. Se trataba de sor Geneviève Jeanningros, religiosa de la orden de las Hermanitas de Jesús, amiga cercana del papa y conocida por su labor con comunidades marginadas.

Con su mochila al hombro y sin atender al rígido orden de los cardenales y obispos, sor Geneviève se abrió paso hasta el ataúd del papa Francisco. Nadie se atrevió a interrumpirla. La religiosa es conocida en Roma por acompañar a personas trans, trabajadoras sexuales y feriantes de Ostia, a quienes también llevó en varias ocasiones a encuentros con el papa durante las audiencias generales de los miércoles.

Francisco solía llamarla con afecto “la enfant terrible” por su dedicación a los excluidos y su estilo irreverente. En plena pandemia, junto con el párroco Andrea Conocchia, gestionó ayuda urgente para estas comunidades vulnerables, con apoyo del cardenal Konrad Krajewski.

El 31 de julio de 2024, incluso logró que el papa visitara un parque de atracciones en Ostia, donde compartió con feriantes. La despedida de sor Geneviève, en medio del recogimiento y la solemnidad, recordó a todos la profunda conexión del papa con los olvidados, y cómo su legado de misericordia trasciende el protocolo.

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