Una historia curiosa de los primeros años de Jorge Bergoglio en el mundo del fútbol, cuando aún no era papa.
Quince años antes de convertirse en papa Francisco, Jorge Bergoglio, conocido en su faceta más cotidiana como un ferviente hincha de San Lorenzo, vivió una anécdota sorprendente en su relación con el fútbol y su club amado. En 1998, cuando Alfio “El Coco” Basile asumió como entrenador del club, una situación divertida, aunque inesperada, lo vinculó con el entonces sacerdote Bergoglio.
Basile, recién llegado de una tumultuosa etapa en el Atlético de Madrid, enfrentaba un gran desafío con un equipo talentoso de San Lorenzo que, sin embargo, no lograba obtener los resultados esperados. Al comienzo de su mandato, notó que un sacerdote, a quien no conocía, solía entrar al vestuario antes de cada partido para saludar y bendecir a los jugadores. En un contexto futbolístico argentino donde las cábalas y supersticiones tienen gran peso, Basile, creyente en estas tradiciones, le pidió al presidente del club, Fernando Miele, que expulsara al sacerdote por considerarlo “mufa” —un término utilizado en el fútbol para referirse a alguien que trae mala suerte.
“Le pregunté a Miele: ‘¿Quién es ese cura?’, y me dijo: ‘Es un cura que siempre viene acá’. Yo le respondí, ‘Si siempre viene, ¿por qué no le dan el puesto y lo contratan? ¡Este tipo trae mala suerte! Sáquenlo ya, no quiero que distraiga a los jugadores’”, recordó Basile en una entrevista.
El presidente Miele, de acuerdo con Basile, fue quien se acercó a Bergoglio para informarle que, debido a la petición del nuevo entrenador, no podría continuar asistiendo a los vestuarios. Lo que Basile no sabía en ese momento era que este “cura”, que había sido expulsado por «mufa», era nada menos que Jorge Bergoglio, quien más tarde sería elegido Papa.
Dieciséis años después, Basile se encontró con Miele y le comentó: “¿Viste quién es el Papa?”. Miele le respondió: “Ese es Bergoglio, el que echaste vos del vestuario”, lo que dejó a Basile sorprendido y riendo ante lo que parecía una anécdota increíble.
El debut de Basile como entrenador de San Lorenzo fue exitoso, con una victoria 4-1 ante Platense, en la que Alberto ‘Beto’ Acosta anotó tres goles. Diez años más tarde, ya como Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio se convertiría en socio de San Lorenzo, y con ello quedaría ligado para siempre al club, incluso con su carnet número 88235-N.
Este curioso episodio de la vida de Bergoglio muestra cómo los caminos del fútbol y la fe se entrelazaron en su vida, mucho antes de convertirse en el líder de la Iglesia Católica.
