
Tanto en el tema económico, con la política de imposición de aranceles ya conocida de Donald Trump (DT), como en las cuestiones de seguridad nacional puesta en marcha por el gobierno de Estados Unidos de América (EUA) -cuya concepción y óptica nos hizo patentes Kristi Noem, Secretaria de Seguridad Nacional de ese país, en su reciente visita-, ya nos dan una idea de que el camino que habrá que recorrer promete ser turbulento y no ser corto ni fácil de transitar. ¡Esto apenas empieza! Lo que estamos viviendo no tiene nada que ver con todo lo que ya habíamos vivido. En ese sentido, es enorme el reto que enfrentan la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardoy los Secretarios de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, y de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfush frente a la postura arrogante (por decir lo menos) en la implementación de una estrategia caracterizada por la imposición y la visión unilateral que despliega el gobierno de DT en todos los temas importantes de la relación bilateral entre México y Estados Unidos de América y que se encuentran inmersas en el torbellino de la gestación de un nuevo orden mundial.
Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, el gobierno de EUA ha iniciado el movimiento de fichas para intentar conservar su preminencia en el Mundo y seguir siendo la potencia al mando. Por tanto, resulta muy relevante analizar y darle la dimensión adecuada a las palabras textuales que utilizan tanto el señor DT como sus principales colaboradores y operadores, porque más allá de que reflejan el estatus en nuestra relación bilateral van dejando en claro el nivel de prioridades y la estrategia en marcha de la primera potencia mundial para encauzar el nuevo reacomodo de intereses globales y el papel que en ese juego tiene y/o le otorgan a México. En este sentido, hace un par de días, después de reunirse con la Presidenta de México, la Secretaria de Seguridad Nacional de EUA, Kristi Noem, posteó en su cuenta de la red X: “Hoy me reuní con @Claudiashein para hablar sobre el papel de México en la seguridad de la frontera entre Estados Unidos y México, pero aún queda mucho por hacer para detener el flujo de drogas e inmigrantes indocumentados a nuestro país. Nuestra alianza contribuirá a que Estados Unidos y la región centroamericana vuelvan a ser seguros”. Si bien es cierto ese mensaje va dirigido a sus audiencias (es decir, a los estadounidenses, a los medios de comunicación y a la clase política de allá) deja una estela política que no debemos minimizar porque refleja con nitidez el sentido de conveniencia unilateral y la no asunción directa de responsabilidades en la resolución de los problemas comunes.
En primer lugar, al señalar la señora Kristi Noem el tema principal de la reunión dice “me reuní … para hablar del papel de México en la seguridad de la frontera”, (¿?) quiere decir y dijo que se reunió para revisar lo que estamos haciendo nosotros como país para atender el problema como si la seguridad de la frontera dependiera exclusivamente de nosotros y ellos no tuvieran nada que ver. Todos sabemos (y ellos lo saben mejor que nadie) que el crecimiento exponencial que han tenido los carteles de las drogas, el tráfico de armas y personas, y la migración ilegal son fenómenos internacionales y que ellos como gobierno y como sociedad tienen mucho que ver tanto en la parte de la tolerancia financiera como en la demanda y consumo de personas y de drogas, sin mencionar que alguien hace los grandes negocios y se benefician de aquel lado de la frontera; en segundo lugar, la visitante Noem utiliza la frase “…pero aún queda mucho por hacer para detener el flujo de drogas e inmigrantes indocumentados a nuestro país” lo que refleja insatisfacción de su gobierno a lo que hasta ahora ha hecho y logrado el gobierno de México. Si bien no sorprende la postura asumida por la funcionaria norteamericana, lo que sí es de llamar la atención es que se da a entender que lo que esperan es solo el esfuerzo de nuestro lado ya que nunca habla de cooperación o de asumir el reto de enfrentar el problema común; en tercer lugar, al afirmar que “nuestra alianza contribuirá a que Estados Unidos y la región centroamericana vuelvan a ser seguros”deja más que claro que la actual administración de EUA no ubica a México como Norteamérica sino como “Centroamérica”, lo que hace una diferencia abismal en la concepción política, estratégica y de negocios que nosotros debemos de tomar muy en serio y actuar con inteligencia y mucha audacia porque nosotros impulsamos una lógica de integración regional de Norteamérica y al parecer ellos no están en esa tesitura.
Sin intentar tapar el sol con un dedo o pretender dejar de reconocer los graves problemas que tiene México con el tema del crimen organizado, también es necesario considerar lo que hace algunos años nos decía Martín León Jacques Ibáñez de Novión en un artículo intitulado “La Nueva Idea de Seguridad Continental: Hegemonía Política, bilaterales, recursos naturales y vulnerabilización” (XXVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología, en Guadalajara, Jalisco) referente a que “nace así la doctrina anti-narco-terrorismo implementado en el continente y en el mundo” y en el que afirma que “está en desarrollo un nuevo momento y una nueva doctrina de la idea de ‘Seguridad Continental’. Se reformula esta política a partir del binomio Integración – Seguridad con énfasis en la seguridad, pero a partir de políticas integracionistas tanto de forma multilateral, cuanto bilateral. O sea, se puede decir que existe un énfasis en la seguridad a partir de un conjunto de medidas político-económico-sociales-culturales capaces de preparar la entrada de los países del centro-sur del continente en la Nueva Orden globalizada. El argumento centrado en el combate al narcoterrorismo posibilita un conjunto de medidas que preparan desde adentro a los países para la integración a partir del ‘modelo único’. La implementación de una política económica integracionista que parte de un modelo único para el continente combinado con la excusa del combate al narcoterrorismo. Para eso se establecen políticas en cuño nacional de impacto macro-regional en las relaciones interamericanas. Se conforma una ‘Internacionalización del Conflicto’ que crea un padrón común entre las naciones del centro-sur del continente”.En esta nueva era que esta en gestación, México solo podrá salir adelante con cabeza fría y mucha unidad nacional. Estamos ahora sí en uno de esos llamados “momentos históricos”.