“Mewing”: ¿funciona esta técnica viral para definir el rostro?

Las tendencias de redes sociales muestran una prometedora solución para reducir la papada y marcar la mandíbula. Sin embargo, la evidencia científica no acompaña estos resultados

La técnica conocida como “mewing” es un ejercicio viral en redes sociales que consiste en reposar la lengua en el paladar. Los supuestos resultados, a corto plazo, son una mejor definición y un adelgazamiento de la mandíbula.

Si bien existe desde hace algunos años, TikTok volvió a darle popularidad. Por lo tanto, surge la necesidad de aclarar cuán efectiva es y si la evidencia científica la avala. Conoce de qué se trata, los peligros de practicarla y si es cierto todo lo que se dice de este procedimiento.

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¿Qué es el mewing?

El término define a un ejercicio basado en reposar la lengua sobre el paladar. Se presenta como una técnica efectiva para estilizar el rostro, sobre todo en el sector de la mandíbula. Quienes la promueven también sostienen que mejora los problemas para tragar y la respiración nasal.

Aunque lo más destacado es la cuestión estética. Se viralizó, en casi todas las redes sociales, por su promesa para modificar la estructura del rostro y que salga menos papada en las fotos. El método para hacer mewing es muy sencillo: se debe reposar la lengua en la parte superior y anterior del paladar, ejerciendo una leve presión, aunque sin tocar los dientes.

Sin embargo, numerosos expertos en cirugía oral y estudios relacionados afirman que la evidencia es insuficiente para confirmar tales resultados. Para comprender mejor qué es esta técnica, es importante saber cómo apareció y quién la creó.

¿De dónde surgió?

Fue creada por el ortodoncista británico John Mew, de donde viene su nombre. Pero el término mewing lo adoptaron los usuarios de redes sociales, ya que la técnica forma parte de la Escuela de Ortotrópicos Faciales de Londres. Es decir, la institución fundada por el propio Mew para fomentar el entrenamiento de la postura oral.

Las teorías del profesional fueron descartadas por buena parte de la comunidad odontológica, porque pretenden reemplazar a la exodoncia y la ortognática. Se trata de los tratamientos convencionales para extracción dental y cirugía de mandíbula.

Mew propuso, durante la década de 1970, un entrenamiento de postura oral para corregir mandíbulas pequeñas y dientes torcidos. Su hijo, Michael Mew, continuó el legado y compartió las técnicas del padre en redes sociales. En un comienzo, se popularizaron en sectores marginales de la web, pero con la llegada de YouTube y TikTok, la viralización aumentó.

El resultado son cientos de videos y shorts creados por influencers con consejos para practicar mewing y salir más estilizado en los perfiles. Claro que la técnica se presenta como una solución rápida, sin considerar riesgos, consecuencias y aval científico.

Beneficios que promete la técnica

Además de reducir la capa de grasa subcutánea debajo del mentón, promete mejorar la respiración de la nariz, alinear los dientes y favorecer el sueño. En ocasiones, lo acompañan movimientos de cuello y hombros para corregir la postura de la cabeza y mejorar dolores cervicales.

El propio Mew sostiene que, fortalecer los músculos faciales, afina la línea de la mandíbula y fomenta una alineación más correcta entre nariz y mentón. Aunque existen ejercicios eficientes para adelgazar el rostro, los mismos deben integrarse a un tratamiento más general y estar avalados por un profesional.

La técnica del británico parte de la teoría del encogimiento de mandíbulas, sobre la base de la revolución agrícola. Estudios afirman que esta evolución, junto a músculos de la cara y orofaringe menos tonificados, causaron diferentes problemas de salud. Por ejemplo, falta de espacio para muelas de juicio, dientes torcidos y dificultades para dormir por vías respiratorias constreñidas.

En este sentido, los investigadores de la publicación sostienen que el encogimiento de mandíbula puede tratarse, sobre todo en la niñez. Por lo tanto, el problema existe, y no pasa solo por una cuestión estética. Sin embargo, las evidencias sobre los efectos de mewing como tratamiento son escasos.

Otros estudios que lo desacreditan

Según un trabajo publicado en la Revista de Cirugía Oral y Maxilofacial, el mewing no se basa en evidencia científica sólida. Por lo que no se puede convertir en un tratamiento alternativo viable a la cirugía ortognática. Sin embargo, sugiere que puede ayudar a la profesión a desarrollar futuros procedimientos quirúrgicos.

Además, un estudio publicado en la revista Journal of orofacial pain, examinó la relación entre la posición de la lengua y la actividad de músculos mandibulares. De las 33 personas que participaron, ninguna presentó diferencias significativas en el músculo masetero en función de la lengua. Aunque propone que faltan más estudios que traten este tema y su vínculo con los dolores orofaciales.