Qué es el ejercicio cardiovascular y cuáles son sus beneficios

El ejercicio aeróbico, también llamado cardiovascular, incluye una variedad de actividades que activan las áreas musculares más grandes del cuerpo. Este tipo de actividad física hace que el corazón y los pulmones trabajen más arduamente para oxigenar a los músculos, una dinámica que no solo contribuye a la quema de calorías, sino que también mejora la salud cardiovascular y la función pulmonar.

Esto se debe a que el corazón late más rápido y con más potencia, lo cual, a su vez, aumenta la tasa de respiración y mejora la oxigenación general del cuerpo.

El ejercicio aeróbico, también llamado cardiovascular, incluye una variedad de actividades que activan las áreas musculares más grandes del cuerpo.

Este tipo de actividad física hace que el corazón y los pulmones trabajen más arduamente para oxigenar a los músculos, una dinámica que no solo contribuye a la quema de calorías, sino que también mejora la salud cardiovascular y la función pulmonar. Esto se debe a que el corazón late más rápido y con más potencia, lo cual, a su vez, aumenta la tasa de respiración y mejora la oxigenación general del cuerpo.

Para el organismo sanitario, “la actividad física regular es fundamental para prevenir y ayudar a manejar las cardiopatías, la diabetes de tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, disminuir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y potenciar la salud cerebral”.

En tanto, la OMS “aconseja a los adultos de edad avanzada (65 años o más) que añadan actividades destinadas a reforzar el equilibrio y la coordinación, así como el fortalecimiento de los músculos, para ayudar a prevenir las caídas y mejorar la salud”.

Cabe recordar que algunos ejemplos de ejercicio aeróbico son andar en bicicleta, nadar y correr.

En ese sentido, recientemente, los científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos descubrieron que el ejercicio aeróbico regular (conocido popularmente como entrenamiento cardio), como trotar, nadar o andar en bicicleta, podría reducir el riesgo de morir a causa de la infección por influenza, y hacer ejercicio en el gimnasio también podría ayudar.

Las personas que cumplieron con las pautas de actividad física aeróbica y actividad de fortalecimiento muscular tuvieron un riesgo 48% menor de muerte por neumonía e influenza durante un promedio de 9,2 años de seguimiento en comparación con quienes no hicieron ninguna, según informó un equipo de trabajo liderado por Bryant Webber, especialista de la División de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de los CDC en Atlanta, en Estados Unidos.

“Teniendo en cuenta los mecanismos biológicos plausibles y la consistencia con estudios previos, esta asociación protectora puede justificar esfuerzos clínicos y de salud pública adicionales para disminuir la prevalencia de la inactividad aeróbica y de fortalecimiento muscular inadecuada”, afirmó Webber.

Cómo beneficia el ejercicio cardiovascular
Los investigadores también encontraron un beneficio con la actividad aeróbica en niveles por debajo de las recomendaciones de las pautas.

Los adultos que realizaban de 10 a 149 minutos de actividad física de moderada a vigorosa a la semana experimentaron un riesgo significativamente 21% menor de muerte por neumonía e influenza en comparación con las personas que no realizaban actividad física.

Este beneficio alcanzó su punto máximo con una reducción del riesgo del 50% para aquellos con 301 a 600 minutos de actividad semanal, sin una reducción adicional del riesgo para aquellos que realizan más de 600 minutos de actividad.