¿Por qué tomamos ciertas decisiones?

Hay muchas razones para elegir, ya sea por dinero, amor, venganza, deseo de algo…
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En la vida cotidiana, incluso durante estos tiempos difíciles, tomamos decisiones que afectarán nuestros futuros. Incluso la más simple de estas decisiones, como lo que comiste en el desayuno o la ropa que te pones, afectará tu vida de una forma u otra.

Por supuesto, hay elecciones más grandes que hacemos, a pesar de que a veces no son muy buenas. La pregunta que me gustaría responder hoy es:

¿Qué nos motiva a tomar ciertas decisiones? Hay muchas razones para elegir, ya sea por dinero, amor, venganza, deseo de algo… Hoy, me gustaría centrarme en tres cosas que nos motivan a hacer ciertas elecciones: amor, deseo de compañía y la creencia de que nosotros estamos haciendo lo correcto al hacer una cierta elección.

Para entender por qué las personas eligen el amor, primero debemos definir ese término. El amor es «un sentimiento intenso de afecto profundo».

Esto podría ser afecto por alguien o algo. Cuando sentimos amor por alguien o algo, liberamos endorfinas que nos hacen sentir felices. Esta es la razón por la cual las personas eligen tomar decisiones de amor: te hace sentir feliz y la felicidad te hace sentir bien. Por ejemplo, una madre podría optar por darle su comida a sus hijos porque su amor por sus hijos es mayor que su hambre. Otro ejemplo de tomar decisiones de amor es alguien que se alista en el ejército.

Algunas personas no entienden por qué alguien arriesgaría su vida para luchar por su país, pero es por eso que lo hacen: su amor por su país es tan grande que quieren luchar por él y potencialmente morir por él también.

Algunas personas toman ciertas decisiones porque desean compañía. No pueden estar solos. Por ejemplo, en el libro Las Aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain, Huckleberry Finn está motivado para tomar la mayoría de sus decisiones porque tiene miedo de estar solo y necesita amigos.

Cuando las personas tienen miedo de estar solas, o no les gusta estar solas, tomarán decisiones que garanticen que no estén solas, incluso si eso no necesariamente las beneficia.

¿Cuántas veces las personas terminan con la pareja equivocada, salen con las multitudes equivocadas, porque prefieren eso a la soledad? Tenemos que aprender a apreciar y amar nuestra propia compañía antes de recurrir a la compañía de otros.

La última motivación en la que me centraré hoy es la creencia de que estamos haciendo lo correcto al tomar una cierta decisión. A veces, creemos que lo que estamos haciendo es correcto, cuando en realidad no lo es.

Es fácil ver todo lo que hacemos como correcto, justo o moral, pero tenemos que recordar mirar nuestras acciones a través de los ojos de otra persona para ver si nuestras elecciones son realmente correctas, justas o morales. Por ejemplo, cuando le das dinero a un mendigo en la calle, ¿por qué lo haces? ¿Estás tratando de ayudar al mendigo en dándole dinero?

En ese caso, ¿no sería mejor intentar darle al mendigo una educación o un trabajo? ¿O simplemente le estás dando dinero porque te hace ver y sentirte como una buena persona? ¿Qué pasa si el mendigo va a usar el dinero que le diste para comprar drogas o alcohol? ¿Qué pasa si es un niño mendigo, quien está siendo explotado por sus padres? Siempre considere sus elecciones cuidadosamente, siempre cuestione sus acciones.

Las elecciones que hacemos afectan nuestros resultados, y debemos tener cuidado al tomarlas. Ya sea que tomemos decisiones basadas en el amor, el deseo de compañía o la creencia de que estamos haciendo lo correcto, debemos hacer una pausa antes de elegir para preguntarnos:

  1. ¿Por qué estoy eligiendo esto?
  2. ¿Es una buena elección hacer?
  3. ¿Qué pasará si elijo esto?

Si nos preguntamos esto, seguramente veremos un resultado más positivo para nuestro futuro.