Poco tiempo de caminata alarga la vida

(Bhaskar G., Reynolds G. New York Times)
Carlos Abud Mendoza
Primera parte

Nuevo análisis encontró que un poco de ejercicio moderado cada día ayudaría a evitar más de 111,000 muertes prematuras anualmente.

Si casi todos nosotros empezáramos a caminar diez minutos más al día, podríamos evitar, en conjunto, más de 111,000 fallecimientos al año, según nuevo y revelador estudio sobre el movimiento y la mortalidad. El estudio, que se publicó en enero en la revista médica JAMA Internal Medicine.

Utilizó datos sobre la actividad física y los índices de mortalidad de miles de adultos estadounidenses para calcular cuántas muertes al año podrían evitarse si todo el mundo hiciera más ejercicio.

La ciencia ya ofrece muchas pruebas de que la cantidad de ejercicio que hacemos influye en la duración de nuestra vida. En 2019, estudio revelador publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su siglas en inglés), indicó que más del ocho por ciento de todos los fallecimientos en el país se atribuían a “niveles inadecuados de actividad”.

Estudio británico de 2015 demostró que los hombres y mujeres que se ejercitaban durante al menos 150 minutos a la semana (la recomendación estándar en el Reino Unido, Europa y Estados Unidos) reducían su riesgo de muerte prematura al menos 25 por ciento en comparación con las personas que hacían menos ejercicio.

Aún más impactante fue el estudio realizado en 2020 sobre los estilos de vida y los riesgos de fallecimiento de 44,000 adultos de Estados Unidos y Europa, el cual concluyó que los hombres y mujeres más sedentarios del estudio, que permanecían sentados casi todo el día, tenían hasta 260 por ciento más de probabilidades de morir de manera prematura que las personas más activas del estudio, quienes hacían ejercicio durante al menos 30 minutos la mayoría de los días.

Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer y de los CDC decidieron explorar lo que podría ocurrir con los índices de mortalidad si la gente empezara a moverse más, aunque no cumpliera las pautas formales de ejercicio.

Pero antes, los investigadores necesitaban establecer un punto de referencia para saber cuántas muertes podrían estar relacionadas con el movimiento reducido o nulo.