Desde el 11 de Septiembre de 2001, la comunidad musulmana ha sido objeto de acoso.
Un grupo de ciudadanos musulmanes estadounidenses demanda al Gobierno y al FBI ante la Corte Suprema de Justicia por escuchas e invasión a la privacidad.
Estos ciudadanos musulmanes (representados por organizaciones sociales) en Estados Unidos denuncian el turbio accionar de las agencias de seguridad interna en contra de su comunidad, entre ellos, escuchas secretas, vigilancia encubierta, intentos de incriminar a ciudadanos inocentes, introducción de agentes provocadores.
En argumentos presentados ante la Corte Suprema de Justicia y amparados por organizaciones como la Unión de Libertades Civiles y el Consejo Americano de Relaciones Islámicas, este grupo de ciudadanos lucha por sus derechos tras ser víctimas de intentos de entrampamiento e invasión a la privacidad por parte de informantes y agentes provocadores de agencias federales como el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Según organizaciones no gubernamentales, las agencias del orden reclutaron miles de informantes y realizaron incontables operaciones de vigilancia encubierta contra ciudadanos inocentes.
Los actos de vigilancia e invasión a la privacidad de los ciudadanos del país bajo el pretexto de la seguridad nacional no son algo nuevo.
Se ha documentado con lujo de detalles como en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, durante la lucha por los derechos civiles, el gobierno federal realizó elaborados planes de sabotaje y obstaculización a los diferentes movimientos sociales del país.
