Los agujeros negros son uno de los fenómenos más misteriosos de nuestro Universo
A través de los intensos estudios de los científicos, se pueden conocer con bastante precisión el proceso de formación de un agujero negro a partir de una estrella masiva e incluso, comprender los indicios acerca de lo que puede suceder más allá de su horizonte de sucesos, pero todavía los expertos se encuentran muy lejos de comprender con precisión toda su complejidad.
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A pesar de esta dificultad, los nuevos hallazgos siguen llegando de a poco, y el último, confirma una predicción realizada por Albert Einstein hace más de un siglo. El legado del descomunal científico sigue creciendo año tras año, y posiblemente, otros descubrimientos en el futuro aumentarán aún más la magnitud de sus teorías.
Un grupo de astrónomos consiguió detectar, por primera vez, la radiación procedente de la región del espacio situada detrás del agujero negro supermasivo (NASA/)
Según publicó la revista científica Nature, un grupo de astrónomos liderado por Dan Wilkins, astrofísico de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, identificó radiación procedente de la región situada detrás de I Zwicky 1 (I Zw 1), un agujero negro supermasivo alojado en el centro de una galaxia situada a una distancia de 100 millones de años luz de nuestro planeta.
Los astrofísicos determinaron la radiación electromagnética emitida por la materia que está cayendo hacia el interior de un agujero negro. Aunque esto no es nuevo, pudieron hacerlo recogiendo con sus telescopios la luz que emite este fenómeno de forma directa. Sin embargo, lo que descubrió el equipo de Wilkins es algo diferente.
La clave del magnífico logro de Wilkins y su equipo consiste en que consiguieron detectar, por primera vez, la radiación procedente de la región del espacio situada detrás del agujero negro supermasivo.
Hasta ahora, todo lo que había detrás de uno de estos objetos permanecía envuelto en la oscuridad más absoluta. Pero la técnica utilizada por el equipo de científicos describe, como predijo Einstein como una consecuencia natural de su teoría general de la relatividad de 1915, la forma en que los objetos supermasivos deforman el continuo espacio-tiempo a su alrededor.
El descubrimiento de los científicos es relevante porque permitirá comprender mejor los mecanismos que explican la forma en que los objetos supermasivos, como los agujeros negros, curvan el espacio-tiempo a su alrededor.
Este hallazgo también será crucial para comprender de un modo más profundo el proceso de formación de las galaxias, y cómo la materia cae hacia el interior de los agujeros negros y en qué fenómenos está involucrada.
El estudio realizado por Wilkins y su equipo fue posible gracias a los datos recogidos por los telescopios espaciales NuSTAR, administrado por la NASA, y XMM-Newton, operado por la Agencia Espacial Europea.
Ambos instrumentos de observación fueron diseñados para recoger información acerca de las fuentes de emisión de rayos X, cuya trayectoria, tal como predijo Einstein, se ve curvada por la deformación del espacio-tiempo alrededor de los agujeros negros. Este suceso, identificado por primera vez por los expertos, es lo que el objeto supermasivo I Zw 1 hace con los rayos X que se reflejan en su disco de gas.
Aunque el hallazgo es de por sí increíble, Wilkins y sus colaboradores confían en que los nuevos conocimientos permitan tomar imágenes de más calidad de los agujeros negros en el futuro. Y de esta manera, poder conocer mejor cómo es su geometría para entender el papel que desempeñan estos fenómenos supermasivos como núcleo de las galaxias y los procesos físicos extremos que tienen lugar a su alrededor.