Alejandro Ricaño no sabe cuáles historias hacen falta contar en el país, lo que sí cree es que los dramaturgos deben mirar primero hacia relatos que tengan que ver con nosotros, con nuestra identidad, ‘la pregunta sería qué historias mexicanas están ahí que nosotros como directores no estamos queriendo contar por contar historias de Suiza, Copenhague y Sudáfrica, esa sería la pregunta’.
El dramaturgo mexicano, quien está de visita en la ciudad con motivo de su participación en la edición número 12 de la Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea, afirma que las artes escénicas están repuntando, ‘justo los productores y directores están volviendo los ojos a la dramaturgia mexicana, estamos contando nuestras historias, no un teatro nacionalista pero sí un teatro que tiene que ver con nosotros, en ese sentido está en un muy buen momento’.
Ricaño considera que más allá de hacer un teatro de denuncia o de testimonios hay que voltear a ver las muchas realidades que ocurren en la República mexicana a diario, ‘el teatro es necesario, más allá de todas esas partes trilladas de es el lugar donde nos confrontamos a nosotros mismos, no sólo el teatro, la cultura es necesaria para hacer una reflexión constante sobre la posibilidad humana de quiénes somos, qué hacemos aquí’.
Acerca de la opinión de extranjeros de que el teatro mexicano es muy sobreac-tuado, el multipremiado dramaturgo acepta que ese señalamiento tiene mucho de cierto, ‘lo más difícil que te toca es hacer que un actor no actúe, y al mismo tiempo es lo más difícil de hacer como actor, pero sí batallamos.
Aunque también eso es una exigencia de un teatro ceñido al realismo, a la mejor para otro tipo de teatro no requieres esa naturalidad de la que se queja la gente que no hay pero sí sigue siendo muy sobreactuado’.
El autor admite que no ha visto mucho del trabajo que se hace actualmente en Guadalajara, sin embargo señala que hay buen teatro tanto en el DF como en otras partes de México, ‘lo que sigue haciendo falta es apoyo y público’.
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