Columna Animal

Sin animales

 

La semana que acaba de terminar trajo nuevos cambios para la situación de los animales no humanos en este país. Para bien. El jueves de la semana pasada el Congreso del Estado de Chiapas votó y aprobó por unanimidad la iniciativa presentada por el Diputado Fernando Castellanos, por la cual queda prohibido el uso de animales en presentaciones circenses en territorio chiapaneco. Poco a poco, más ciudades y estados deciden decir no a la esclavitud y explotación de animales, animales que deberían vivir en libertad, y no en jaulas (vertigopolitico.com/articulo/30732/10-lugares-que-ya-prohben-los-circos-con-animales). Querétaro fue el primer estado de la República en aprobar una legislación que prohibe el uso de animales en circos, modificando los artículos 82 y 83, e incluyendo un  apartado en el 84 de la Ley de Protección Animal. Morelos fue el segundo, reformando el artículo 12 de la Ley Estatal de Fauna. En el Congreso de Colima, se avala por unanimidad prohibir los espectáculos públicos y privados que utilicen animales, con multas que van de los 30 a los 300 salarios mínimos, y en Guerrero, mediante un decreto el gobernador del estado, Ángel Aguirre, se prohibió que los circos usaran animales, con multas de los 800 a los 1,000 salarios mínimos. Los diputados en Chihuahua votaron por unanimidad la propuesta del Partido Verde Ecologista de México para prohibir la participación de animales en circos. En cuanto a ciudades que no aceptan más esclavos para diversión, tenemos a Veracruz, Naucalpan, León y Culiacán.
Hay que reconocer a legisladores y grupos animalistas que han trabajado, y se han pronunciado, por una nueva cultura de respeto a los demás seres vivos, que reconocen que esclavizar y maltratar animales, solo para divertir personas, no nos dignifica como sociedad. El respeto a los animales, entre ellos a los animales silvestres (que son retirados de su hábitat solo para divertirnos, muchos de ellos incluso en peligro de extinción), nos hace una comunidad más sana, con relaciones más armónicas no solo con los animales no humanos, sino incluso entre nosotros mismos.
Recordemos además que la presencia de animales salvajes, que pasan su vida entre jaulas, o encadenados, es un riesgo por encontrarse nerviosos, y por no ser fáciles de controlar, debido a su carácter silvestre. Lo vivimos hace solo unos meses en San Luis Potosí, cuando intentó escapar una elefanta del circo Aurelio Atayde, que se encontraba instalado en una zona habitada, muy cerca de un centro comercial muy concurrido.
Gracias a todos los estados y ciudades que se han pronunciado contra la esclavitud animal, contra el hecho de que los niños aprendan que es divertido maltratar y vejar otros seres vivos, obligándolos a realizar actos contrarios a su naturaleza. Un paso más, por los animales … circos sin animales. ¡Felicidades Chiapas! GS