Rafael Toriz presentó su obra «La Cuidad Alucinada» en SLP

Por Ángel Germán.
La ceremonia de presentación de la obra del ensayista y narrador méxico-argentino Rafael Toriz, «La Cuidad Alucinada», que fue acreedora al Premio Nacional de Ensayo Alfonso Reyes en 2012.
Rafael Toriz (Xalapa, 1983) actualmente radica en Argentina es mención honorífica en el Concurso Internacional de Ensayo convocado por la ONU y la República Islámica de Irán (2001). Premio Nacional de Ensayo Carlos Fuentes 2004. Es colaborador en diversos medios digitales e impresos de México y el extranjero.
Como parte de una visita de trabajo a tierras potosinas Rafael Toriz ofreció una conferencia magistral titulada «Octavio Paz: el fuego y la ceniza» dentro de las instalaciones de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Otra de las actividades contempladas fue la presentación de su obra titulada La Cuidad Alucinada con la participación del editor Anuar Jalife, el escritor Salvador García y David Ortiz Celestino director de publicaciones y literatura de la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí.
En una tertulia amena parecida a una charla entre amigos se realizó la presentación de La Cuidad Alucinada que es un híbrido entre diario, crónica y bitácora de viaje en el que Toriz da signos de irreverencia y lucidez, que según Sergio Pitol: «es un libro moderno y elegante, a la manera de un diario poblado de maravillas».
El editor Anuar resaltó la gran lucidez que logra reunirse en la obra de Toriz, excelente amalgama de temas en los que quedan entreverados la mujer, los libros y los enervantes.
Esta obra logra reunir el trabajo del narrador Rafael Toriz y el fotógrafo Aki Itami que logra retratar y cristalizar parte de las reflexiones ó vivencias vertidas en el libro
Una de las mejores experiencias que experimentó Rafael Toriz al realizar este trabajo ha sido la vinculación con la gente que en muchas ocasiones se vuelve una línea que recorre la obra.
En la Cuidad Alucinada Rafael Toriz concreta la experiencia de sentir que el mundo y la gente sólo se puede conocer recorriéndolos; arriesgándose en el trayecto para llenar la vida de experiencias, de paisajes, comidas y amigos que se encuentran en cada una de sus páginas. «La literatura como la vida hay que transitarla, hay que vivirlas», puntualizó Rafael Toriz.