Corrientes internas están matando al PRD: Cárdenas

El PRD llega este 5 de mayo a su primer cuarto de siglo con una población gobernada de casi 16 millones de mexicanos, como primera fuerza de oposición en el país, pero ante la posibilidad de haber llegado a su tope electoral como partido de izquierda.
Mantener o superar el 19% de votación nacional alcanzada en la elección de diputados federales de 2012 está en duda para el proceso de 2015, pues en éste se disputará al electorado de izquierda, el voto de las clases medias y, sobre todo, la bandera de la lucha contra la reforma energética, con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Tan es así, que el líder de esa fuerza que está por conseguir el registro, el dos veces candidato presidencial perredista, Andrés Manuel López Obrador, ha advertido que Morena quiere desplazar al PRD como “la verdadera oposición” y “la izquierda verdadera”. Es en este escenario que el PRD tendrá un festejo en la incertidumbre.
Además, de septiembre a noviembre próximos renovará a 55 mil de sus dirigentes en todos niveles, nacional, estatal y municipal en todo el país —salvo en el Distrito Federal, Estado de México y Michoacán— en procesos internos que históricamente han sido ocasión para la confrontación y señalamientos de “fraude”.
Elegirá también nuevo presidente nacional, en proceso en el que ha sido imposible, por ahora para su fundador, Cuauhtémoc Cárdenas, ser candidato de unidad, debido al control de las corrientes internas a las que señala como causantes de la crisis que vive su partido.
Rechazan alianzas con el PAN
La corrientes y sus cuotas “están matando al PRD”, advirtió el fundador en el Congreso Nacional de su partido, apenas en noviembre pasado, cuando criticó la conducción partidista y decisiones como las alianzas con el PAN concretadas en 2010, que dificultarán al perredismo diferenciarse electoralmente.
Ahora, será hasta que tenga nuevos liderazgos cuando el PRD acuerde la estrategia para enfrentar —incluso a Morena— en 2015, ya iniciado el proceso de elección federal para renovar la Cámara de Diputados, además de 17 comicios estatales, nueve por gubernaturas.
Para Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, el panorama no es del todo adverso y el electorado tendrá claridad entre una oposición “sectaria” y una que propone y gobierna con responsabilidad.
“El PRD ya es un referente de izquierda eminentemente de propuesta y dejó de ser una izquierda eminentemente de protesta. No quiere decir que le hemos dado la espalda a la calle, tan no es así que hemos salido cuando ha sido necesario y lo volveremos a hacer en la defensa de los energéticos”, asegura Zambrano Grijalva.
“La tarea es seguir generando la confianza suficiente”, dice. Según su opinión, abonó a este cambio el Pacto por México, suscrito en 2012 y mediante el que, por primera vez en los 25 años de su historia, el PRD firmó con el gobierno federal, con el PRI y con el PAN, una agenda legislativa.
Ese acuerdo, añade el presidente nacional del PRD, permitió otro avance a su partido: influir y lograr reformas constituciones que habían sido demandas históricas, aunque la ruptura del pacto —en diciembre de 2013— ha implicado que algunos de estos cambios no se hayan concretado aún en leyes secundarias.
Inconsistencia electoral
Sin embargo, los resultados electorales del PRD no dejan ver con claridad si hay una constante en el refrendo de sus gobiernos estatales y municipales, o si esto es señal de que mantiene confianza ciudadana.
Hace 16 años gobierna el Distrito Federal, su bastión principal, y administra también Guerrero, Morelos y Tabasco, donde viven 16.2 millones de mexicanos, además de tener alcaldes en 286 municipios, 11.6 % del total del país.
En el camino ha perdido Michoacán, Zacatecas, Baja California Sur y Chiapas (en coalición). Aun así, por el tamaño de las entidades que administra, el PRD tiene más población gobernada que el PAN, segunda fuerza de oposición en el país y con el que cogobierna en Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
“Su presencia ha sido inconsistente a lo largo del país”, afirma Gustavo López Montiel, profesor-investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus ciudad de México (ITESM).
Es un partido que “en el sur tiene fuerte presencia, en el norte no ha logrado, incluso en algunos estados, mantener los mínimos requeridos por la ley para un registro nacional, lo que le debilita”.
Las cifras arrojan que el perredismo es casi inexistente en nueve entidades, donde no supera 6% de los votos.
De 2011 a 2013, el PRD ha estado por debajo de 3% en Coahuila; en Aguascalientes y Chihuahua, entre 3% y 4%; en Baja California, Guanajuato y Tamaulipas, con 5%, y en Jalisco, Querétaro y Yucatán no supera los seis puntos.
El refrendo de sus gobiernos tampoco es estable. La Asociación de Autoridades Locales de México AC (AALMAC) reporta que de 2008 a 2011 perdió más de 100 ayuntamientos.
Eso, a pesar de que en 2006 el PRD obtuvo su porcentaje de votación más alto de su historia, 29% para la elección de diputados de mayoría, y un promedio de 35.3% de votos para presidente, con López Obrador como candidato.
En 2009, sin embargo, López Obrador hizo contracampaña al PRD y respaldó abanderados de otros partidos, lo que podría explicar las bajas. En 2015, el político tabasqueño podrá postular y apoyar candidatos de Morena.
Otros datos sobre el desempeño electoral del PRD arrojan que en 2012 y sin alianza con el PAN en Sinaloa y Puebla —donde ganaron en 2010— quedó en tercer sitio, debajo de priístas y panistas.
Según la AALMAC, el año pasado perdió 93 municipios, ganó 75 nuevos, pero sólo refrendó gobiernos en 38 ayuntamientos.
Para López Montiel, pese a todo, el PRD llega consolidado. “En términos organizacionales ha tenido la capacidad de procesar sus conflictos internos”, en parte por mecanismos de negociación reconocidos en sus estatutos, “además del reconocimiento de grupos internos, lo que otros partidos no tienen”.
También ha mejorado su capacidad legislativa, pues hoy tiene 101 diputados federales y 22 senadores en el Congreso.
De celebrar: Krauze
Con matices, especialistas consultados exponen también que, aun con dificultades electorales u organizativas, es una buena noticia la permanencia del PRD en el sistema de partidos y podría tener futuro en 2018.
Para el historiador Enrique Krauze, “que haya llegado al cuarto de siglo un partido de la izquierda mexicana que trabaja por los cauces legales e institucionales, es algo para festejar, pues la izquierda estaba dividida y trabajaba por fuera de la vida institucional”.
El también historiador Héctor Aguilar Camín asegura que a diferencia de la izquierda testimonial, el PRD ha optado por otro camino, a la manera de Europa, en donde “lo que funcionó fue la socialdemocracia, no la revolución y el socialismo real”.
Así, ahora el PRD “puede ganar el poder”, dice. Sin embargo, ambos personajes coincidieron por separado en que, lo que le hace falta a ese partido político son cuadros preparados y nuevas propuestas que sean realistas.
No se trata de cambiar dirigentes, sino “reclutar a gente de mayor calidad, preparar mejor a sus cuadros y mejorar su administración pública”, sostiene Aguilar Camín.
“Sin cuadros bien preparados o con información seria no hay posibilidad de que la izquierda discuta con seriedad y proponga alternativas”, dice el escritor.
Krauze asegura incluso que el año 2018 puede ser de alternancia por la izquierda, pero si el PRD asume la responsabilidad “de replantear mucho de su ideario, objetivos y organización”.
El perredismo puede ser una alternativa, “pero está obligado a tener ofertas realistas de gobierno”, asegura Krauze.