Telecomunicaciones o energía, ¿el futuro?

LIC. GERARDO RUIZ ESPARZA,SECRETARIO DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES:

+Lo principal de la comunicación es escuchar lo que no se dice Peter Drucker

Hace un medio año o poco más, entrevisté en el programa Fórmula Confidencial al ingeniero Mateo Lejarza, especialista en comunicaciones, quien dijo que la reforma de las telecomunicaciones era más importante que la energética, y la que mayores dificultades presentaría en su realización, pero no hubo tiempo para preguntar por qué.
El jueves pasado volví a entrevistarlo para preguntárselo y le envío, sintetizada, su respuesta por su importancia para el futuro nacional:
“El tema es complejo y se ha ido notando, en la discusión, que estamos frente a un problema severo. La ley que tiene que ver con la energía, con la electricidad y con el petróleo, le va a dar al país y a algunos vivales, seguramente, muchos recursos, porque implica venta y procesamiento de petróleo. Hay un cierto mercado -a lo mejor Estados Unidos ya no tanto, pero hay mercado local e internacional- y se trata de dinero a secas. Va a haber un fondo que va a ser muy interesante, porque todo lo demás irá a las arcas del Estado y no sabemos qué pasará con él.
“En cambio, la reforma de las telecomunicaciones nos permitiría un desarrollo moderno, global, productivo, competitivo porque la banda ancha permite potenciar la educación pública, la salud pública; potenciar y transparentar la administración pública, mejorar la investigación y el desarrollo tecnológico; permite que las pequeñas y medianas empresas sean competitivas local y globalmente a través del Internet, y que las grandes empresas mexicanas puedan ser tan competitivas como las de cualquier parte del mundo. Cierra la brecha digital, un tema fundamental para frenar la desigualdad y la pobreza.
“La inversión y la reforma en telecomunicaciones deberíamos estar pensando que son el futuro de México, son para el siglo XXI, y el petróleo se va a ir agotando en términos de energía, porque vienen las energías alternativas, sustentables, la solar, la eólica, la propia energía nuclear.
“Pero lo grave es que estamos abusando de un tema de competencia de mercado. Se pelean por cuánto le quitan a Telmex, a quién se lo dan y no hay más que demagogia y retórica del gobierno, que no dice cuánto va a participar en el mercado…
“Al igual que en 1990, cuando se hace la privatización (de Teléfonos de México), se pidió que para 1996 hubiera una nueva ley… Zedillo no le entró, ni Fox ni Calderón y hoy (el gobierno) vuelve a ser el principal ausente cuando es el responsable constitucional.
“Si quisiéramos ligar estas reformas para que se fortaleciera realmente el futuro del país, una parte del Fondo Petrolero debería ir a la inversión en infraestructura… de banda ancha… El Fondo Petrolero puede ser un tres por ciento del Producto Interno Bruto y llegar a ser unos 300, 400 mil millones de dólares… Una parte será para cualquier crisis que venga, pero la otra se podría invertir en telecomunicaciones para que el Estado no sólo sea regulador, sino parte de un mercado de oferta donde los privados concesionarios no quieran invertir”.
Ayer le sinteticé la propuesta del especialista en telecomunicaciones, entre otros varios temas, Mateo Lejarza, para que una parte del Fondo Petrolero se destine a inversiones gubernamentales en áreas de telecomunicaciones donde los privados no quieran o no puedan, pero que son fundamentales para el país. ¿Por ejemplo?
Dejo la palabra a Lejarza:
“Tenemos 188 mil poblaciones en dos mil 400 municipios. 18 mil 400, la mayoría, son rurales; solo tres mil 600 son urbanas y solo 600 tienen más de 15 mil habitantes. ¿Qué va a pasar con esas poblaciones? ¿Habrá algún privado (que las comunique)? No, y si no metemos a todos los mexicanos a la posibilidad de ingreso a la conectividad, seremos un país atrasado, con dinero de la energía pero sin capacidades nuevas para producir, para dar salud diferente o para competir de otra manera.
“Por eso, la reforma de las telecomunicaciones debería de haber incluido al cine y a internet en un conjunto armonizado, que debe de ser fundamentalmente una responsabilidad del Estado y no solo un tema de regulación de mercados”.
“El tema con los partidos es que están en su dinámica político-electoral, pero el gobierno no tiene excusas para dejar que éste sea un tema que quede solamente en una negociación donde se quiera distribuir el mercado, donde hay esta demagogia de que se pelean contra los monopolios pero al final no se cumplen las necesidades del país”.
“Los partidos pueden hacer lo que quieran porque para eso son cupulares, focos representativos; tienen mucho dinero y hacen cosas que les sirven a ellos, pero el gobierno tiene que cumplir con la Constitución y fijar metas específicas para que el país pueda resolver su problemática, no solo decir que lucha contra los monopolios. Cuando las concesiones que se dieron de todo en radiodifusión y telecomunicaciones, fue porque el gobierno no lo podía hacer, no porque los privados iban a ser siempre mejores que el gobierno”.
“Si ya está demostrado que el mercado no resuelve la situación del país, el gobierno es el responsable y lo único que está haciendo es una agenda digital, sin un plan que implique inversiones sustantivas como en Finlandia, como en Francia, como en Estados Unidos, como en Singapur, como en Corea del Sur, que son planes de gobierno y no solo funciones regulatorias, sino de inversión en infraestructura fundamental para garantizar que eso que es una necesidad moderna, se cumpla y no dejarla a los concesionarios privados a ver si pueden o a ver si el mercado lo resuelve, pues ya vimos que el mercado no lo resolvió y tenemos 30 años en el mercado”.
Si el gobierno usara este Fondo Petrolero para apoyar las telecomunicaciones, sería una legitimización de la reforma energética, pero primero tiene que tener objetivos claros. No se puede ir solo al combate contra el hambre o esperar a que tengamos una crisis.
Si queremos desarrollar al país y estamos usando dineros que son de la energía del petróleo mexicano, la mejor aplicación sería para el desarrollo de las telecomunicaciones modernas”.
Una propuesta buena, racional y necesaria. Espero, licenciado Ruiz Esparza, que sirva.