Difunden riqueza de murales arqueológicos en Cholula

A través de un recorrido se conocen de la riqueza que poseen los murales denominados Los Bebedores y Estrellas , en la Pirámide de Cholula.

A través de un recorrido, visitantes y pobladores del municipio de San Andrés Cholula, en la zona conurbada de Puebla, conocen de la riqueza que poseen los murales denominados«Los Bebedores» y «Estrellas» , en la Pirámide de Cholula.

«Los mexicanos conocemos lo que es el muralismo a partir de Diego Rivera y Siqueiros, que fueron los grandes muralistas del país. Pero los murales de «Estrella» y de «Los Bebedores» también pueden entrar dentro de lo que es el muralismo, y no está documentado en la Historia del Arte, dijo Enrique Muñoz, encargado del recorrido.

Agregó que es importante que la gente lo conozca, lo difunda y lo vaya conociendo.

En entrevista, el licenciado en Artes Visuales de la Universidad Juárez, del estado de Durango, y miembro del área de Arte y Difusión de la Coordinación Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) México, ofreció detalles de dichos murales.

Estos recorridos se llevan a cabo únicamente durante los meses de mayo y junio. Los días lunes, miércoles y viernes únicamente 12:15 horas, totalmente gratuito, con grupos de 8 a 10 personas, quienes en aproximadamente 40 minutos conocen de esta riqueza arqueológica.

La travesía para los visitantes comienza con el ingreso a los túneles que están aproximadamente a 4 metros bajo tierra, pero en realidad son murales que estaban al exterior para que fueran observados como fachada de la pirámide, como algo decorativo.

En el mural de «Los Bebedores» se puede observar a cerca de 164 personales, se cree que dos son mujeres y el resto hombres.

Parece indicar que se trata de una ceremonia, posiblemente una fiesta, donde las personas están sentados en pareja. Se observa a casi todos sentados de una manera muy relajada, intermediados por grandes recipientes, en el que se cree son vasijas que están bebiendo pulque, una bebida que se extrae del maguey y se fermenta.

La paleta cromática se conforma únicamente de los colores rojo, amarillo, verde, negro y blanco, y se tiene registro que este mural data del año 200 después de Cristo.

Se visualizan hombres pintados en color amarillo, con taparrabos y orejeras. Algunos con máscaras de animales como jaguares, conejos y aves, que posiblemente eran guerreros o de una jerarquía más alta.

También se aprecia una cenefa en la parte de arriba del mural con un diamante y en otra parte una flor de pétalos sumamente anchos. Algunas vasijas aparentan ser de un material traslucido.

Enrique Muñoz, junto con el diseñador Alfonso Osorio, guían a los espectadores a la superficie para conocer el área del Mural de Estrellas, el cual tiene una temporalidad de 300 a 400 años después del Mural de los Bebedores. En éste se refleja el cambio de estilo pictórico.

«Se hace un comparativo de los estilos en ambos murales, de cómo fue evolucionando el pensamiento mesoamericano de las civilizaciones. En el primero se observa como ellos se representaban así mismos como personas, y ya después ellos representaban otras cosas como la naturaleza o el cosmos» , explicó Muñoz.

El mural de «Estrella» su nombre se le atribuye porque la pintura forma barras de colores y estrellas de cinco puntas. Esta pintura mural tiene un carácter más abstracto, una línea vertical con una riqueza cromática en color rojo, amarillo, verde y blanco.

En sus costados tiene algunas estrellas dibujadas con cinco puntas, con un círculo concéntrico en color blanco.

El mural está soportados sobre taludes que tienen grecas en forma de T, que son representativas de la zona de Cholula, sólo en esta zona arqueológica pueden ser admiradas.

Lamentablemente, en este segundo mural se puede observar en algunas partes manchas de grafitis, nombres de parejas de enamorados, corazones, y parte de su estructura talladas con algún artículo con filo.

El arqueólogo Martín Cruz Sánchez, administrador de la zona arqueológica de Cholula, explicó en entrevista que esta zona tiene una de las muestras de pintura mural más grandes de las que se hayan encontrado en México porque el Mural de los Bebedores mide aproximadamente 60 metros de largo por 2.50 metros de altura, que es la representación de la pintura mural.

Este mural fue descubierto durante la segunda temporada de exploraciones de la gran pirámide de Cholula, la cual se llevó a cabo en 1967 y terminó en el año 1971, pero de manera formal no ha estado abierta al público.

«La idea de las visitas es que el público conozca estos espacios, de manera organizada a fin de conocer los estilos decorativos en la pintura mural en la zona arqueológica de Cholula. Lo que menos se ha trabajado en el caso de la pintura mural de Cholula es lo que tiene que ver con la iconografía, que quiere decir lo que representa la pintura mural, sino la técnica de manufactura, cómo es que fueron construidas, cómo fueron pintadas» , indicó.

Martín Cruz Sánchez apuntó que para la conservación de un sitio como éste en Cholula, la problemática estriba en que si sus pobladores no conocen de ello y no lo entiende, es muy difícil conservar. Para la mayoría de los cholultecas este sitio es solo un cerro, cuando en la realidad se trata de una pirámide que fue oculta a propósito.

Precisó que los túneles son un sistema de exploración trazado y perforado por los arqueólogos de 1931 a 1956 con la idea de saber cuántas etapas constructivas están contenidas en el interior, es decir, formas, estilos y dimensiones. Los túneles no son prehispánicos, no son descubiertos por los arqueólogos, ellos fueron quienes los hicieron.

En la zona arqueológica de Cholula no se puede hablar de una sola cultura, sino de la presencia de varias como cholultecas, olmecas-chicalancas, toltecas-chichimecas, y otras, ya que en Cholula se tiene la presencia de muchos grupos culturales, por el hecho de que se considera que ciudad milenaria era la ciudad más activa de América, en medida que nunca ha tenido despoblamiento.

El área donde se encuentra el túnel de la pintura mural de Bebedores presenta una serie de complicaciones porque está en un desnivel, los núcleos de adobe que cubren a esos edificios están sujetos a las condiciones medio ambientales.

«Un inmueble arqueológico enterrado, no liberado, tiene condiciones de estabilidad más adecuada, pero una vez liberado comienza a presentar situaciones Ahora, con motivo de la temporada de lluvias, el núcleo capta el agua y se filtra la humedad y llega a los espacio, es decir, era más estable mientras no estaba descubierto» , dijo.

La intensión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en relación a la conservación de ese mural, es la integración de un proyecto a cargo de tres áreas técnicas como lo son: Conservación, Arquitectura y Arqueología.

Conservación, la que se encargará del rescate de la pintura mural. Arquitectura interviene para la propuesta estructural para el arreglo del espacio y evitar el riesgo; mientras que Arqueología controla lo que se va hacer.

«Se requieren de estas tres áreas para participar en la propuesta de intervención para la solución de este espacio» , señaló.

«La propuesta es integral ya que no tiene sentido arreglar nada más el espacio del túnel y arreglar la pintura, sino se resuelve la problemática exterior que tiene que ver con los núcleos expuestos en la parte de arriba, la captación de agua y la acumulación del líquido producto de la lluvia y en consecuencia la filtración de la humedad» , detalló.

Dada la complejidad del espacio, este proyecto se está integrando y se someterá al Consejo de Arqueología del INAH para contar con la autorización para su ejecución, desarrollo que evidentemente tendría que ser por etapas.

En la primera etapa se llevaría a cabo el monitoreo de la intervención, que de resultar favorable se continúa con la segunda etapa de lo contrario tendría que replantearse la propuesta inicial.

Propuesta de conservación total e integral de la pintura mural y el edificio que la cubre. A finales de 2014 quedará integrado el proyecto con la intensión de arrancar este mismo año..

En este proyecto se conforma entre el Centro INAH Puebla y la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH México. Además, paralelamente a este proyecto se lleva a cabo un trabajo de intervención a cargo de gente de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH a cargo de la restauradora Dulce María Grimaldi.