La iniciativa de Musk ha despertado preocupaciones sobre la legalidad de los incentivos económicos vinculados a la votación, con expertos advirtiendo sobre el posible soborno electoral.
El multimillonario Elon Musk ha prometido otorgar hasta un millón de dólares al día a votantes registrados en estados clave que firmen una declaración de apoyo a Donald Trump, generando un torbellino de críticas y cuestionamientos legales. Esta “lotería” fue anunciada por Musk como parte de su esfuerzo por apoyar al candidato republicano en los llamados estados bisagra, un movimiento que ha suscitado amplias dudas sobre su legalidad, según informan diversos medios estadounidenses.
Musk anunció que los pagos aleatorios se realizarán a votantes que firmen una petición del America PAC, un comité de acción política en el que ha invertido decenas de millones de dólares en apoyo a Trump. El magnate argumenta que su iniciativa busca “apoyar la Constitución de los Estados Unidos, especialmente el derecho a la libertad de expresión y de portar armas”. Hasta ahora, Musk afirma que los pagos se han realizado dos veces, el sábado y el domingo, y continuarán “cada día, hasta las elecciones del 5 de noviembre”.
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Sin embargo, varios expertos en derecho electoral han cuestionado la legalidad de la oferta. El profesor de Derecho en la Universidad de Notre Dame, Derek Muller, advirtió que restringir los premios a votantes inscritos podría ser interpretado como un intento de soborno. Además, mencionó que algunos estados consideran ilegal ofrecer incentivos económicos por votar, sin importar la inclinación política.
Rick Hasen, un experto en leyes electorales de la Facultad de Derecho de UCLA, fue aún más contundente en su crítica, afirmando que Musk está cruzando una línea legal. Hasen subrayó que la limitación de los premios a votantes inscritos “es claramente ilegal” y representa una “compra ilegal de votos”. En su blog, enfatizó que las leyes federales prohíben expresamente cualquier forma de pago a cambio de votos o incluso por registrarse para votar, permitiendo únicamente el transporte de personas para que acudan a votar.
El New York Times también destacó las opiniones divergentes entre expertos. Brendan Fischer, un especialista en campañas, consideró que la promesa de Musk se aproxima a la ilegalidad al condicionar el pago a la inscripción, mientras que Brad Smith argumentó que Musk no está pagando por el registro en sí, sino por firmar una petición, aunque esto requiera previamente estar inscrito.
En una columna del Washington Post, Brett Kappel, abogado especializado en financiación de campañas, recordó que “no se puede dar algo de valor a la gente a cambio de que voten o se registren para votar”, citando la legislación federal que conlleva multas y penas de prisión por tales actos. Esta ley establece que cualquier individuo que ofrezca un incentivo a cambio de un voto puede enfrentar consecuencias legales severas.
Políticos del Partido Demócrata también han criticado abiertamente la oferta de Musk. Josh Shapiro, un destacado político de Pensilvania que ha sido considerado como una potencial figura presidencial, comentó que la circulación de este tipo de dinero en la política plantea “preguntas muy serias”.
A medida que se acercan las elecciones, el debate sobre la legalidad de los incentivos económicos vinculados a la votación y las implicaciones de las acciones de Musk en el panorama electoral continúan siendo un tema candente en la esfera pública y política.