La vicepresidenta y la excongresista republicana visitarán juntos estados clave del Medio Oeste en un esfuerzo por advertir sobre los riesgos de un segundo mandato de Trump.
La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, visitará el próximo lunes los tres estados clave del Medio Oeste: Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, junto a la excongresista republicana Liz Cheney, según anunció su campaña este sábado.
Harris y Cheney ya habían realizado una aparición conjunta el 3 de octubre en Wisconsin, donde intentaron atraer a los republicanos moderados descontentos con el expresidente Donald Trump. Su objetivo es advertir sobre el riesgo que representa un posible segundo mandato de Trump y presentar la agenda de Harris como un nuevo camino a seguir para el pueblo estadounidense.
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Estos tres estados del antiguo cinturón industrial de Estados Unidos, conocidos como el Muro Azul, son fundamentales para la contienda presidencial. Históricamente, esta región ha sido un bastión demócrata, pero Trump logró ganar en 2016 al captar el apoyo de votantes de clase trabajadora, prometiendo reabrir fábricas cerradas por la deslocalización de empresas.
En 2020, el actual presidente Joe Biden logró ganar en el Muro Azul por un margen estrecho. Sin embargo, las encuestas para el próximo 5 de noviembre indican que la competencia entre Harris y Trump será muy reñida.
Para revitalizar el entusiasmo por la campaña de Harris, expresidentes demócratas como Barack Obama y Bill Clinton han decidido unirse a la campaña en estados bisagra. Además, la ex primera dama Michelle Obama hará su primera aparición en un mitin de Harris el 26 de octubre en Míchigan, lo que podría atraer más atención y apoyo hacia su candidatura.
La colaboración entre Harris y Cheney, figuras de diferentes partidos, subraya la creciente preocupación por la posibilidad de que Trump regrese a la Casa Blanca y destaca la importancia de los estados del Medio Oeste en el panorama electoral actual. La estrategia de la campaña busca no solo consolidar el apoyo demócrata, sino también atraer a los votantes republicanos moderados que buscan una alternativa a Trump.
