Taiwán lanza internet satelital para proteger comunicaciones ante ataque de China

El impulso principal para desarrollar un sistema de internet satelital en Taiwán es la amenaza constante de ataque e invasión por parte de China

La situación geopolítica actual entre Taiwán y China demanda estrategias innovadoras para garantizar la seguridad y continuidad de las comunicaciones en la isla. En este marco, Taiwán planea implementar un servicio de internet satelital para protegerse de posibles ataques cibernéticos y cortes de comunicación que podrían surgir durante un conflicto con China.

¿Qué impulsó a Taiwán a buscar internet satelital?

El impulso principal para desarrollar un sistema de internet satelital en Taiwán es la amenaza constante de ataque e invasión por parte de China, que reclama soberanía histórica sobre Taiwán y ha prometido anexar la isla, incluso por la fuerza si es necesario. En este contexto, el gobierno taiwanés busca medidas preventivas para asegurar que sus comunicaciones no se vean afectadas durante un conflicto.

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El internet satelital se presenta como una solución viable al problema de los ataques cibernéticos y los cortes en cables submarinos que han afectado las comunicaciones de Taiwán. Estos cortes, generalmente provocados por el anclaje accidental de barcos, han resaltado la vulnerabilidad de la infraestructura actual.

¿Cómo planea Taiwán implementar este sistema?

La implementación de este sistema de internet satelital se basa en un contrato entre la principal empresa de telecomunicaciones de Taiwán, Chunghwa Telecom, y Eutelsat OneWeb, una compañía europea. El contrato busca proporcionar cobertura de internet de órbita baja, lo que permitirá a Taiwán mantener comunicaciones fiables en caso de emergencia.

El uso de satélites de órbita baja, que operan entre 200 y 2,000 kilómetros sobre la Tierra, es una tecnología probada en conflictos, como en el caso de Ucrania, donde las fuerzas armadas dependen en gran medida del servicio Starlink de Elon Musk. Sin embargo, las negociaciones con Starlink no prosperaron debido a exigencias taiwanesas sobre el control mayoritario de cualquier empresa conjunta, y a preocupaciones sobre la influencia de los intereses comerciales de Musk en China.

Con la firma del contrato, se espera que Taiwán logre cobertura total las 24 horas al final del mes, a medida que se alcance el ancho de banda necesario para el acceso comercial.

¿Qué desafíos enfrenta Taiwán en la implementación del sistema?

A pesar de los avances, el camino hacia una red satelital completamente funcional no está exento de desafíos. Uno de los principales es la capacidad de Taiwán para producir y desplegar satélites de manera rápida y eficiente. Según Jason Wang, director de operaciones de IngeniSPACE, Taiwán tiene la capacidad de producir satélites, pero la cuestión es si puede hacerlo a gran escala y con la rapidez necesaria para sustituirlos en caso de ser dañados durante un conflicto.

Además, Taiwán está comprometido en desarrollar su propia red satelital, respaldada por una inversión significativa en la industria espacial nacional. El compromiso incluye el lanzamiento de los primeros satélites de comunicaciones para 2026.

En este contexto, la colaboración con compañías como OneWeb es crucial, aunque, según el doctor Shen Ming-Shih, del Instituto para la Investigación de Defensa Nacional y Seguridad, aún no es suficiente. Shen destaca la necesidad de buscar sistemas adicionales, como cables submarinos y satélites de baja órbita de otros países, para garantizar la continuidad y fiabilidad de las comunicaciones. 

Taiwán está dando pasos firmes para asegurar sus comunicaciones mediante el uso de internet satelital, a pesar de los desafíos técnicos y estratégicos que enfrenta. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia para fortalecer su infraestructura de comunicaciones frente a la amenaza constante de agresiones cibernéticas y físicas por parte de China. La implementación exitosa de este sistema no solo protegería a Taiwán en tiempos de conflicto, sino que también podría servir de modelo para otras naciones en situaciones similares.