Su esposo y sus amigas se involucran en un encubrimiento que sacude a la comunidad de Pendleton en Estados Unidos
Fue el 1 de agosto cuando Jessica Barnes, una joven de 20 años, fue vista por última vez en su hogar en Pendleton, Carolina del Sur. Vivía con su esposo, Brandon Barnes, y dos amigas, Kendall Mims y Victoria Tippett.
Lo que comenzó como una rutina diaria se tornó en un misterio escalofriante. Hasta el 10 de septiembre, cuando su madre, Cecilia Varvara, preocupada por la falta de comunicación, decidió reportar su desaparición.
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Las circunstancias eran confusas. Aunque Jessica había estado enviando mensajes de texto, su madre sospechaba que no eran de su puño y letra. Así comenzó una investigación que, en su complejidad, revelaría oscuros secretos.
La policía de Pendleton, con el apoyo de diversas agencias, empezó a desentrañar la red de mentiras. Las primeras pistas apuntaban a un área boscosa cerca de Twin Lakes, en donde se hallaron restos humanos. El 1 de octubre, el análisis forense confirmó que pertenecían a Jessica.
Mientras la investigación avanzaba su curso, Brandon Barnes, el esposo de Jessica, participaba activamente en las búsquedas. Colocaba volantes con su imagen y hacía llamados públicos pidiendo su regreso. Este comportamiento sospechoso contrastaba con el hecho de que solo días antes había arrojado su cuerpo al lago, con la ayuda de sus amigas.
Un escalofriante giro de los acontecimientos ocurrió cuando se reveló la causa de muerte: asfixia por estrangulamiento. Ante esta confirmación, la policía arrestó a Brandon, quien finalmente confesó el crimen. La situación se tornó aún más oscura al descubrir que sus compañeras de cuarto, Kendall Mims y Victoria Tippett, habían estado involucradas en el encubrimiento del delito.