T-MEC, la plana mayor de la 4T y San Luis Potosí

 “Somos el país que tiene el futuro más promisorio de todo el continente Americano”.

Muy importante que haya sido nuestro estado de San Luis Potosí donde se decidió posicionar el tema de “Balance Económico, Desarrollo Industrial y T-MEC” en el marco de las llamadas Giras de la Transición en las que participan el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Presidenta Electa Claudia Sheinbaum Pardo. Resulta relevante dimensionar bien el hecho político de haber sido la sede de esta gira en la que participó lo que coloquialmente se suele llamar “la plana mayor del gobierno”: el Presidente de la República en funciones; la Presidenta Electa; la Secretaria actual y el próximo Secretario de Economía; el Secretario de Hacienda y Crédito Público que ha sido ya ratificado para quedarse en esa función; y, el próximo Secretario de Relaciones Exteriores. La ubicación estratégica que juega San Luis Potosí en general en el marco del T-MEC y el tema de la industria automotriz en particular con los antecedentes de las inversiones de miles de millones de dólares, por ejemplo, en la planta de la BMW que han generado más de 4 mil empleos adicionales para bien de los potosinos y los mexicanos; pero también el dato de la cancelación de la inversión que se haría hace algunos años para construir una planta de la marca Ford que finalmente fue cancelada y llevada a EEUU derivado de la oposición a la misma en una intervención agresiva del actual candidato del partido republicano en ese país, Donald Trump, pueden explicar el por qué se creó el escenario para mandar mensajes muy claros de la situación en la que se encuentra México en cuanto a su economía; las fortalezas que tenemos como Nación; el modelo de desarrollo que impulsamos; y, sobre todo, la calidad moral, la convicción y la decisión con las que ya se está actuando frente a la revisión del T-MEC.

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Resulta que el hecho de esta trascendente reunión en México, celebrada en el Centro de Convenciones de la Capital potosina, se propicia dos días después de verificada la Convención Nacional Republicana en EEUU en la que Donald Trump (DT) aceptó formalmente la designación presidencial del Partido Republicano después de sobrevivir a un intento de asesinato el fin de semana pasado -suceso que catapultó sus posibilidades de triunfo electoral en las elecciones de noviembre próximo-. Resulta que en su discurso del jueves 18 en la noche Donald Trump mandó mensajes a México diciendo, entre otras cosas, que terminará la construcción del muro fronterizo en la franja territorial que nos divide y que frenará lo que él llama “crisis de migración” desde el día uno de su gobierno. Textualmente dijo “voy a poner fina a la crisis de migración ilegal, cerrando la frontera y completando el muro… tenemos que parar la invasión a nuestro país, una invasión que está matando a cientos de miles”. Asimismo, presumió que durante su administración (2016-220) logró una baja sensible en la cifra de indocumentados por lo que sentenció “vamos a parar la invasión de nuestra frontera sur y lo haremos pronto. Lo vamos a hacer desde el primer día” (en caso de ganar la elección  en noviembre, Donald Trump tomará posesión el 20 de enero de 2025). También DT amenazó en parar las tendencias positivas del nearshoring o la relocalización de empresas en México, asegurando que Estados Unidos recuperará la industria automotríz y la manufactura argumentando que “si quieren vendernos un producto tendrán que construirlo en Estados Unidos”, advirtiendo también que “China y México se han llevado el 68 por ciento de nuestra industria automotriz, pero la vamos a recuperar”. Es decir, que México y el gobierno de Claudia Sheinbaum tienen frente a sí el reto enorme de revisar el T-MEC -que a todas luces ha sido benéfico para los tres países involucrados- en un contexto político de tensión con quien puede ser el próximo presidente del país que es la primer potencia mundial y con el que tenemos la relación comercial y de negocios más importante para el desarrollo nacional.

Es por ello que, sin abundar en los datos contundentes expresados por la actual Secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, o las cifras precisas presentadas por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, es preciso darle seguimiento a lo expresado por Marcelo Ebrard Casaubon (quien tuvo la responsabilidad de renegociar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos de América y con Canadá siendo Secretario de Relaciones Exteriores de México en el primer gobierno de la Cuarta Transformación que aún encabeza Andrés Manuel López Obrador) y a quien le tocará, ahora como Secretario de Economía del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, la revisión del T-MEC con las autoridades de los dos países del norte. Marcelo Ebrard dijo en relación a la anterior negociación con Donald Trump hace algunos años que “fue una negociación difícil porque el objetivo prioritario del presidente López Obrador fue y sigue siendo defender la soberanía de México y la autonomía energética de nuestro país”. Señaló que “se logró el actual Tratado en favor de México porque los resultados de esa negociación son un éxito porque ha aumentado la inversión pero también el salario y es un logro importantísimo, es la base sobre la cual la Doctora Sheinbaum quiere construir el Segundo Piso de la Cuarta Transformación y le vamos a ayudar a lograrlo”; “México tiene la ubicación, la demografía, la infraestructura, la dimensión y es el principal socio y exportador a los Estados Unidos de América que sigue siendo la economía más grande del mundo”; remató diciendo, “lo que haya que negociar y promover será desde una posición de fuerza, de fortaleza, no de debilidad”, “somos el país que tiene el futuro más promisorio de todo el continente Americano”. Unidos en torno al gobierno de Claudia Sheinbaum y con un equipo experimentado y patriota, México logrará una buena revisión del T-MEC.