Todos a votar, elección histórica

En México representa gran importancia ambiental, económica y alimentaria

Hoy, Domingo 2 de junio de 2024, se decidirá en un ámbito de libertad y democracia quién será la próxima presidenta de México. Hoy no hay otra actividad más importante que la de ir a votar y esperar que todos los mexicanos mayores de 18 años de todo el país ejerzamos nuestro derecho constitucional de “votar en las elecciones populares” (Artículo 35, Fracción I) y que, a su vez, cumplamos con nuestra obligación como ciudadanos de la República de “votar en las elecciones …. en los términos que señale la ley” (Artículo 36, Fracción III).

Sin duda, todas las elecciones son históricas porque marcan etapas de conclusión y de inicio de ciclos, nuevos personajes, diferentes estilos personales de gobernar e implementación de nuevos programas y políticas públicas; pero, a diferencia de todas las elecciones anteriores, está jornada electoral quedará marcada como una fecha verdaderamente histórica por dos razones: primera, porque será recordada como la ocasión en que por primera vez en México se eligió a una mujer como presidenta de la República, y; segunda, porque se determinará si la mayoría del pueblo quiere o no continuar con el proyecto de nación propuesto por la Cuarta Transformación (4T) mismo que, en el plano económico, ya se significa por estar logrado una ruptura pacífica del modelo neoliberal implementado por los gobiernos federales de los últimos 40 años y que, en el plano político, se ha diferenciado de las alternancias de partidos en el poder -del PRI al PAN (2000) y del PAN al PRI (2012)- iniciándose la implementación de un nuevo diseño de régimen político.

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Según los últimos datos disponibles y legalmente difundidos por todas las casas encuestadoras, existe un respaldo contundente a la 4T pero eso lo veremos hacia la noche de este día con los resultados y tendencias oficiales que el Instituto Nacional Electoral vaya publicando y, a partir de ahí, comenzará una nueva etapa en la que la presidenta que resulte electa tendrá que asumir de inmediato la conducción de los temas nacionales. Toda la carga de la responsabilidad institucional y del poder que ejerce en México el (la) titular del Poder Ejecutivo Federal se comenzará a transmitir ipso facto y, entonces, a partir de mañana todas las decisiones y acciones tendrán un sentido que nos permitirá ver hacia donde se dirigirá el rumbo del país.

En un país tan complejo, diverso y heterogéneo como lo es México y en esa perspectiva de inmediatez en la conducción de los destinos de la nación, lo más importante es que haya claridad en las obligaciones que se adquieren, en los compromisos que se asumen y en las responsabilidades que conlleva el ejercicio del poder presidencial.

Por eso, para los seguidores que respaldamos el proyecto de la 4T resulto ser muy alentador el contenido del discurso de cierre de campaña de la Doctora Claudia Sheinbaum del miércoles 29 de mayo pasado en el Zócalo de la Ciudad de México en donde hace una serie de afirmaciones categóricas que, sin duda, serán los referentes de su actuar. Entre muchas cosas importantes dijo: “Tengo claro que mi obligación es llevar a México por el sendero de la paz, la seguridad, la democracia, las libertades, la justicia con la Cuarta Transformación de la Vida Pública. Tengo claro que nuestra guía es el bienestar y la felicidad del pueblo. Tengo claro mi compromiso y mi responsabilidad como la próxima presidenta de México”. También se comprometió a “cambiar el rumbo de nuestra historia para iniciar de manera pacífica la Cuarta Transformación de la República” y a “superar el viejo modelo neoliberal y comenzar a escribir el capítulo de la economía moral”. La Doctora Claudia Sheinbaum lanzó una pregunta con la que creo todos los mexicanos podemos estar de acuerdo en su respuesta ¿Cómo se puede hablar de libertad si los salarios son de hambre? Nadie puede decir que hay libertad si el pueblo no recibe lo mínimo necesario para sobrevivir y desarrollarse como recompensa de su trabajo.

Por otro lado, es real, es entendible y, por supuesto, democrático que un sector de la población no haya estado y no esté de acuerdo con lo vivido en este primer periodo de la 4T que le tocó liderar a Andrés Manuel López Obrador. Para los opositores -para todos aquellos que se mostraron alarmados, atemorizados y/o que fueron influenciados antes y durante la campaña presidencial y en los que se incubó una concepción de alto riesgo para la democracia y regreso al autoritarismo político- pueden resultar también importantes y tranquilizantes algunos posicionamientos hechos por la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo en su cierre de campaña. Dijo que “nuestro modelo reconoce el sistema de libre comercio, pero a diferencia del pasado donde todo se dejaba al mercado, establece que el Estado debe tener un papel fundamental en la vida de la nación, que construya un verdadero estado de bienestar, que garantice seguridad, paz y prosperidad.

Se trata de promover la inversión privada sin corrupción, y al mismo tiempo, empleo, salarios justos y que garanticemos los derechos constitucionales del pueblo de México a una vida digna”. Señaló con puntualidad y énfasis que “es imperativo decir también que nuestro proyecto defiende la democracia, las libertades, la verdad y la dignidad de las personas. Lo digo porque los adversarios, la oposición y sus intelectuales, han planteado, que en esta elección se juega la democracia o el autoritarismo”; remató esa parte de su discurso con contundencia refiriendo que “con fuerza y alegría decimos, nosotros reivindicamos la democracia como forma de gobierno, de vida; las libertades, la dignidad de las personas, la fraternidad y el amor al prójimo”.

Elección histórica la de hoy sin duda. Con confianza vayamos todos a ejercer nuestro derecho y cumplir con nuestra obligación de votar.

Un gran mexicano y mejor ser humano, Marcelo Ebrard Casaubon, a quien admiro y respeto, suele decir una frase que siempre resulta estimulante: ¡Sonrían, todo va a estar bien!