Triunfo de Claudia Sheinbaum, encuestas y pasiones opositoras

Una buena noticia para México es que no hay incertidumbre en la elección presidencial del próximo 2 de junio y que ese solo hecho genera estabilidad política y beneficia a nuestra nación al fortalecer tanto a nuestra democracia como a las instituciones. A dos semanas de celebrarse las elecciones constitucionales, prácticamente todas las encuestas apuntan que ya está decidida la contienda presidencial y que la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena/PVEM/PT) se convertirá en la primera mujer en ocupar el más alto cargo de responsabilidad política e institucional de nuestro país. A pesar de que las encuestas han caído en descrédito social y que ha permeado una concepción que socializa la idea de que en las encuestas gana quien las paga o gana quien las manda a hacer, lo que es conveniente recordar es que existe toda una reglamentación institucional que valida las metodologías que se aplican en esos ejercicios demoscópicos y que, por lo tanto y más allá de apasionamientos políticos y/o ideológicos delirantes, hay que concederles un grado de veracidad. En ese sentido, en la página oficial del Instituto Nacional Electoral (INE) se lee que “El INE regula la publicación de Encuestas Electorales desde 1994, desde entonces el principio central de la regulación ha sido la transparencia y la máxima publicidad con la finalidad de ofrecer a la sociedad los insumos necesarios para que pueda valorar la calidad de ellas y, en consecuencia, contribuir en la construcción del voto razonado y de una opinión pública mejor informada”. Es decir que desde hace ya 30 años la más alta autoridad electoral de México tiene las atribuciones de normar tanto las partes técnicas en el levantamiento de las encuestas como su publicación y difusión.

Se dice que la primera función de las encuestas es reducir la incertidumbre sobre un resultado electoral por venir y que, a partir del sondeo de la preferencia ciudadana, se puede proyectar cómo se espera el resultado final porque se basan en las opiniones, conductas e intenciones de las personas que acudirán a emitir su voto el día de la jornada electoral. Hace algunos años la politóloga norteamericana D. Sunshine Hillygus, publicó un artículo en el que destaca tres diferentes funciones que tienen las encuestas: 1) pronóstico de resultados electorales; 2) Comprensión del comportamiento electoral, y; 3) la planeación de estrategias de campaña. Bueno, pues a dos semanas de la elección presidencial la gran mayoría de las casas encuestadoras validadas por el INE para este proceso 2024 (De las Heras Demotecnia; Enkoll; Consulta Mitofsky; El Financiero; Buendía y Márquez; GEA-ISA; RUBRUMINFO; Berumen y Asociados; Covarrubias y Asociados; SIMO; Consulta Ciudadana México 2030; ENFÓCATE; Campaigns&Eleccions; entre otras) proyectan un triunfo contundente de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo por más de 20 puntos de diferencia contra su oponente más cercana, Xóchitl Gálvez Ruíz, representante de la coalición de los partidos políticos PRI/PAN/PRD.

La política es pasión y sin duda estamos viviendo y siendo partícipes de un proceso apasionado, lo cual es válido y legítimo. Sin embargo, es importante hacer notar que desde la oposición se advierte ya la posibilidad de un apasionamiento desbordado que es necesario dimensionar.  Al respecto, recuperamos el libro  de Luciano Espinosa Rubio titulado Maquiavelo: Pasión por la política y política de las pasiones, publicado por la Universidad de Salamanca, España, en el que nos comenta que … las pasiones (afectos e impulsos conectados a valores, intereses, etc.) imperan en la convivencia y constituyen por eso uno de los temas recurrentes y vertebradores de la acción política, toda vez que responden a una naturaleza humana perenne («mismos deseos y humores», D, I, 39, p. 127) y son la materia bruta que hay que modelar, es decir, la piedra de toque para cualquier gobierno ….. nada resulta tan eficaz en la praxis ordinaria como la doma de las pasiones que constituyen los resortes habituales de la conducta. Por consiguiente, moderarlas y dirigirlas es parte esencial del arte político, no exento de teatralidad como se apuntó: que cada cual asuma razonadamente su papel cívico sería lo ideal, pero no es el caso y la mayoría debe ser conducida a representar el más conveniente gracias al manejo de sus emociones, evitando frustraciones excesivas o estallidos pasionales. En otra parte de su obra asevera que hay que decir que Maquiavelo no es optimista al respecto, dado que una gran parte de los impulsos humanos son egoístas y dañinos, tales como la ambición, la codicia, la suspicacia… , o cuando el temor persistente se revuelve de manera peligrosa.

Puede haber debate apasionado en torno a las encuestas y verlas desde la perspectiva política y estratégica que mejor les convenga a las partes, pero fuera de apasionamientos políticos hay que leerlas con una visión analítica para que contribuyan a la construcción de una ciudadanía informada y participativa y no a las malas prácticas de la denostación, descalificación y/o, aún más grave, a intentos de desestabilización social que solo contribuyen al retroceso democrático. Lo que hoy dicen las encuestas es que, en quince días, se espera un triunfo democrático arrollador de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo y que ello beneficiará a la consolidación de un gobierno cuyos enormes retos están a la vista de tod@s los mexican@s. Más allá de pasiones desbordadas, es responsabilidad de tod@s cuidar a México.