Reflexiones Buena Nueva

Quinto Domingo de Pascua – Ciclo B (Juan 10, 11-18) – Abril 28, 2024Hechos 9, 26-31; Salmo 21; 1 Juan 3, 18-24

Quinto Domingo de Pascua: solo unidos a la vid verdadera, tendremos una vida auténtica y plena…
Evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

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Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

Reflexión:

¿Cómo tener paz en mi comunidad?

Las lecturas de hoy nos dan la pauta de como tener una vida plena y en paz, que es el deseo de Dios para nosotros (humanidad), transmitido a través de Jesús, con la buena noticia que nos ha dado.

La realidad que vivimos, clama por ese anhelo de paz en “el mundo”, y en especial en nuestro país, que vive tanta violencia, inseguridad y miedo. Para alcanzar la plenitud y paz, al igual que Saulo (Pablo), tenemos que transformarnos personal y socialmente, de corazón y mente (metanoia); actitud que preparamos en tiempo de Cuaresma, y que ahora, en el tiempo de Pascua (vida nueva) habríamos de concretar.

La Palabra nos dice hoy:

• La conversión al Señor, nos alcanza su paz …
• Podemos vivir sin miedo al cambio, que es para bien …
• necesitamos ser valientes, para ser mejores personas …
• nuestra conversión, se concreta en la verdad …
• nuestra conversión, se refleja en buenas obras …
• amando al prójimo, como a uno mismo …
• hay que permanecer unidos al Padre…

Al permanecer unidos a Jesús, a sus enseñanzas, dejándonos guiar por su Espíritu y poniendo a trabajar los dones recibidos, para hacer el bien, el bien común, daremos frutos del amor, que se reflejan una sana y fraterna convivencia entre las personas, lo que nos alcanzan la plenitud y paz que desea Dios para nosotros.

Transformarnos, para ser y hacer el bien, en obras concretas, nos da una paz interior, que podemos compartir; no podemos “solos”, tenemos que permanecer unidos a Jesús, camino, verdad y vida.

Resumiendo, como escribió San Ignacio de Loyola en a la Contemplación para alcanzar Amor: “el amor se debe poner más en obras que en palabras. El amor es comunicación, donde el amado le da al amante de lo que tiene y puede, y viceversa” (cfr. EE 231).

¿Cómo puedo transformar, para bien, mi persona?… ¿Cómo crear relaciones interpersonales fraternas?…

¿Cómo ser constructor de paz?

Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org

RecursosParaVivirMejor

www.ccrrsj.org

Para profundizar, leer aquí.
Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP