Este documento, estructurado en siete acciones, busca “construir y fortalecer los tejidos sociales”.
El presidente de la CEM, Rogelio Cabrera, catalogó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, en junio de 2022, de “punto de inflexión” para la Iglesia mexicana, pues a raíz de ahí nació el “movimiento nacional” que ha desembocado en el Compromiso por la Paz.
Este documento, estructurado en siete acciones, busca “construir y fortalecer los tejidos sociales”, así como el refuerzo de las policías municipales para llegar a una “retirada paulatina de los militares” o la atención a la “crisis de derechos humanos”, en palabras del director de Diálogo Nacional por la Paz, Jorge Atilano, y su coordinadora, Ana Paula Hernández.
“Durante este diálogo nacional, también reflexionamos sobre el fracaso de la estrategia de seguridad que ha persistido y se ha agudizado durante más de 18 años”, desgranó la presidenta de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de México, la hermana Juana Ángeles Zárate.
En su opinión, hoy se impulsó “la segunda etapa por la paz”, un compromiso que pretende unir a la sociedad y que responde a la violencia e inseguridad que “se extienden por todo el país”, pero también al “anhelo compartido de un futuro más habitable”.
Aquí el documento: