Ley de Seguridad Fronteriza y el reto de Seguir Haciendo Historia

La frontera norte de México, nuestra frontera con Estados Unidos, tan benévola como caótica, tan alentadora como compleja, tan importante como inevitable, tan grande como los problemas y las oportunidades que genera, con tanta historia y con tanto futuro. Esa frontera que nos une con la primer potencia económica y militar del mundo, que en este año 2024 nos hace coincidir en una coyuntura política de elecciones presidenciales concurrentes en ambos países, nos impone ya nuevos retos. Desde Matamoros hasta Tijuana y desde Brownsville hasta San Diego se extienden los 3,169 kilómetros de longitud de la frontera que abarca cuatro estados de la Unión Americana y seis mexicanos y que según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM/septiembre 2023) la misma se ha convertido en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo registrando en 2022 al menos 686 personas muertas o desaparecidas intentando cruzarla. Es por ello que resulta muy importante lo que nos dice Marcelo Ebrard Casaubon, Coordinador de Vínculo con Organizaciones Civiles y Mexicanos en el Exterior en la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum al señalar que “es muy complicado controlar tantos flancos (migración, aduanas, comercio, tráfico, seguridad) entre dos países con asimetrías tan grandes como las nuestras” (pág. 237 de su libro El Camino de México)  y que “debemos limitar las tendencias estructurales a la tensión y, al mismo tiempo, hacer crecer las que nos llevan a la cercanía y a desarrollar intereses comunes” (Idem pág. 239), nos dice quien fuera el primer Secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de la 4T. Marcelo va a ser senador de la República y seguramente será una pieza clave en la relación próxima, muy próxima, del Estado Mexicano con Estados Unidos de América tanto por la responsabilidad actual en la campaña presidencial como porque a él, a Ebrard Casaubon, es a quien ya le tocó tratar la agenda nacional con el ex presidente y actual candidato republicano, Donald Trump, así como como con el candidato demócrata y actual presidente Joe Biden.

Sin duda vienen tiempos difíciles y la H. Cámara de Senadores de México, las y los senadores nuestros, tienen y tendrán un papel fundamental y determinante en la relación con nuestro principal socio comercial. Retos mayores se avecinan y se requerirá de mucha capacidad, habilidad, destreza, audacia y sobre todo inteligencia para tratar políticamente los temas centrales con EEUU en donde la experiencia y el conocimiento de los actores es una carta a nuestro favor como nación. Basta sólo con revisar lo que dijo el presidente Joe Biden en su Discurso sobre el estado de la Unión (que es el equivalente al Informe Presidencial en México y que se rinde ante el Congreso) para tener una idea de lo que viene. Textualmente dijo:

“En noviembre, mi equipo inició negociaciones serias con un grupo bipartidista de senadores. El resultado fue un proyecto de ley bipartidista con el conjunto de reformas de seguridad fronteriza más duras que jamás hayamos visto en este país. Ese acuerdo bipartidista contrataría a 1.500 agentes y oficiales de seguridad fronteriza más; 100 jueces de inmigración más para ayudar a abordar una carga de 2 millones de casos; 4.300 agentes de asilo más y nuevas políticas para que puedan resolver los casos en 6 meses en lugar de 6 años; 100 máquinas más de detección de drogas de alta tecnología para aumentar significativamente la capacidad de detectar y detener vehículos que contrabandean fentanilo a Estados Unidos”, según las  palabras y el entender de Biden “este proyecto de ley salvaría vidas y traería orden a la frontera y también me daría como Presidente nueva autoridad de emergencia para cerrar temporalmente la frontera cuando el número de migrantes en la frontera sea abrumador”.

Joe Biden ya tiene sus consensos y respaldos sociales y está en busca de los avales políticos de los republicanos para implementar sus medidas. En el mismo discurso aseveró que “la Unión de la Patrulla Fronteriza respaldó el proyecto de ley; la Cámara de Comercio respaldó el proyecto de ley; creo que, si tuviera la oportunidad, la mayoría de la Cámara y el Senado también lo respaldarían. Mis amigos republicanos, le deben al pueblo estadounidense la aprobación de este proyecto de ley. Necesitamos actuar”. 

Aunque Joe Biden también dijo que “no demonizaré a los inmigrantes diciendo que “envenenan la sangre de nuestro país”, como dijo en sus propias palabras. No separaré familias. A diferencia de mi predecesor, en mi primer día en el cargo presenté un plan integral para arreglar nuestro sistema de inmigración, asegurar la frontera y brindar un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers y mucho más” y remató diciendo que“el odio, la ira, la venganza se encuentran entre las ideas más antiguas”, conceptos en los que podemos coincidir y hasta aplaudir, lo cierto es que debemos tomarle la palabra cuando asume el posicionamiento en el sentido de que “podemos pelear por la frontera o podemos arreglarla. Estoy listo para arreglarlo”. 

Les tocará, como miembros de la Coalición “Sigamos Haciendo Historia”, a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard tomarle la palabra a Joe Biden quien finalizó su discurso de hace unos días sosteniendo ¡En lugar de borrar la historia, hagamos historia!”.