Un nuevo estudio vinculó la práctica de la disciplina con menores niveles de estrés e inflamación en las mujeres mayores de 50 años
En un nuevo estudio, el yoga parece haber reforzado la salud cerebral de las mujeres mayores que tenían factores de riesgo de enfermedad de Alzheimer.
El estudio no pudo probar que la antigua práctica ralentice o prevenga la aparición del Alzheimer, pero sí pareció revertir algunas formas de deterioro neurológico, dijeron los investigadores.
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“Para eso sirve el yoga: para reducir el estrés, para mejorar la salud del cerebro, el rendimiento de la memoria subjetiva, y para reducir la inflamación y mejorar la neuroplasticidad”, señaló la autora principal del estudio, la Dra. Helen Lavretsky quien es psiquiatra de la salud en el Instituto Jane y Terry Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano, parte de UCLA Health.
Los investigadores indicaron que, debido a que viven más tiempo y se ven afectadas por los cambios en los niveles de estrógeno a medida que envejecen, las mujeres tienen alrededor del doble de probabilidades de desarrollar Alzheimer en comparación con los hombres.
En el nuevo estudio participaron más de 60 mujeres a partir de los 50 años de edad. Todos eran pacientes de una clínica de cardiología de la UCLA y ya habían reportado problemas de memoria y factores de riesgo que indicaban un flujo sanguíneo cerebral más deficiente.
El equipo de Lavretsky dividió a las mujeres en dos grupos. Uno se unió a sesiones semanales de Kundalini yoga (centrándose en la meditación y el trabajo de respiración en lugar de las posturas físicas) durante 12 semanas; mientras que el otro tomó un entrenamiento de mejora de la memoria, donde se usan historias o listas para ayudar a aumentar los poderes de la memoria.
Los investigadores rastrearon la salud neurológica de cada mujer utilizando muestras de sangre que rastrearon signos genéticos o moleculares de envejecimiento cerebral o inflamación (los cuales pueden fomentar el Alzheimer). Los participantes también fueron evaluados para detectar cambios en el pensamiento, la memoria subjetiva, la depresión y la ansiedad.
El yoga Kunadlini pareció vincularse con cambios positivos que no experimentaron las mujeres que tomaron el entrenamiento de la memoria, dijo el grupo de Lavretsky.
Ninguno de los dos grupos pareció experimentar mejoras en la ansiedad, la depresión, el estrés o la resiliencia, dijo Lavretsky, aunque eso podría deberse a que la mayoría de las mujeres reclutadas ya estaban mentalmente sanas. El estudio se publicó en una edición reciente de la revista Translational Psychiatry. Lavretsky cree que, para las mujeres mayores preocupadas por la resiliencia cerebral, combinar el yoga y el entrenamiento de la memoria podría ser el mejor camino a seguir.
“Idealmente, las personas deberían hacer ambas cosas, porque entrenan distintas partes del cerebro y tienen diferentes efectos generales en la salud”, dijo Lavretsky u agregó: “El yoga tiene este efecto neuroplásico antiinflamatorio, reductor del estrés y antienvejecimiento del cerebro que sería complementario al entrenamiento de la memoria”.