Polímeros para limpiar el agua

  • La tecnología ha traído muchos beneficios, pero también muchos contaminantes nuevos

La tecnología ha avanzado de manera importante en las últimas décadas lo que ha traído muchos beneficios, pero también muchos contaminantes nuevos.

Existen contaminantes que han pasado desapercibidos desde hace mucho tiempo, debido a que son sustancias que aparecen en muy bajas concentraciones y a que es necesario el uso de aparatos muy sofisticados para su detección, además de que los actuales tratamientos de aguas no están diseñados para destruirlos o separarlos.

Estos contaminantes provienen comúnmente de los lavados de equipos industriales, donde pequeñas cantidades son eliminadas y dirigidas a los drenajes municipales. Nosotros mismos contribuimos cuando tomamos medicamentos y después lo desechamos de manera natural al desagüe, o cuando los arrojamos directamente en el sanitario.

Los productos que usamos de manera cotidiana para nuestro propio cuidado como cremas, shampoos, lociones, desodorantes, maquillaje, etc., también contienen estos contaminantes en forma de aditivos que le permiten al fabricante mantener sus productos por más tiempo en las tiendas.

A estas sustancias se les conoce como contaminantes emergentes y su reciente descubrimiento se debió a las observaciones hechas por científicos en donde notaban alteraciones en los ciclos de vida de los animales acuáticos como desequilibrios en los nacimientos de machos y hembras o ciclos reproductivos más largos.

Nos parecería muy raro escuchar que un material polimérico pudiera ayudar a capturar y destruir estos contaminantes, esto debido a todo lo que escuchamos acerca de los plásticos como que tardan años en degradarse, que han sido encontrados en lugares insospechados como aguas subterráneas, el mar y animales marinos e incluso han sido detectados en la sangre de seres humanos.

Parecería que la idea de usarlos para descontaminar el agua es una locura; sin embargo, estos materiales usados y después desechados de la manera correcta pueden tener aplicaciones muy nobles para nuestro planeta.

Los contaminantes emergentes son muy especiales debido a sus características que los hacen muy persistentes en el ambiente, entonces, también es necesario crear o diseñar tratamientos específicos para combatirlos.

Actualmente, se diseñan polímeros que son capaces de adherir a su superficie (lo que científicamente se conoce como adsorción) estas sustancias contaminantes.

La preparación de estos materiales increíblemente se hace con el contaminante; durante la síntesis del polímero el contaminante es agregado, pero después de que la operación se ha llevado a cabo el contaminante es retirado dejando pequeños huecos que tienen características afines a esta sustancia. De esta manera cuando ambos son puestos en contacto, el contaminante reconoce al polímero y se adhiere a él.

A este tipo de materiales se les conoce como polímeros impresos porque el compuesto o contaminante al ser retirado deja una huella o impresión de si mismo.

De esta manera esa impresión tiene la forma, el volumen y, a veces, con síntesis muy sofisticadas, quedan enlaces químicos libres listos para volver a unirse al contaminante.

Este tipo de tecnología ha sido usada exitosamente para remover fármacos como naproxeno, diclofenaco, ibuprofeno, entre otros. También para atrapar antibióticos, pesticidas y aditivos industriales.

La gran ventaja de los polímeros impresos es que son muy flexibles en cuanto a su preparación y eso los hace muy versátiles; pueden ser diseñados para capturar todo tipo de contaminantes, para resistir ambientes muy hostiles como altas temperaturas o condiciones ácidas y pueden ser reutilizados varias veces porque su vida útil es muy larga.

Pero las ventajas de los polímeros impresos van más allá de solo atrapar los contaminantes; estos materiales combinados con otros compuestos pueden ser usados para romper las moléculas de los contaminantes y formar sustancias más sencillas como agua, óxidos de nitrógeno y/o dióxido de carbono que son menos dañinas al ambiente comparados con los efectos que, por ejemplo, los fármacos producen en la fauna acuática.

A este proceso se le conoce como mineralización que es diferente a la degradación. La degradación también consiste en destruir el contaminante, pero con la desventaja de que las moléculas rotas pueden ser contaminantes aún más perjudiciales al medio ambiente.

Este tipo de investigación se encuentra en sus primeras etapas, aún falta tiempo para que se implemente o se acople en un proceso de tratamiento de aguas, y aunque ya se buscan soluciones a los nuevos problemas ambientales siempre es más eficaz que tomemos medidas para prevenir que los contaminantes emergentes lleguen a nuestras aguas.

 Lo que podemos hacer es tratar de revisar lo que compramos y consumimos, entre menos aditivos tengan esos productos menores serán los riesgos para nosotros y nuestro planeta.

También es nuestra responsabilidad exigir a las grandes empresas que tomen acción ante los residuos que directa o indirectamente están generando.

Consumir de manera local y tomar conciencia de lo que necesitamos y de lo que no siempre será más beneficioso para nosotros como sociedad y para nuestro hermoso planeta.