Situada en el Mediterráneo occidental, la isla de Menorca, en el archipiélago de las Baleares, alberga la mayor densidad de yacimientos arqueológicos prehistóricos en lugar habitado.
Las construcciones que se extienden por su territorio abarcan un amplio abanico temporal, desde la Edad del Bronce hasta la Edad del Hierro Tardía.
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Sus construcciones ciclópeas levantadas con bloques de piedra de gran tamaño como las conocidas “taulas”, una construcción megalítica en forma de “T”; los “talayots”, enormes torres de vigilancia, o las “navetas”, un tipo de construcción funeraria en forma de barco invertido, forman parte ya del Patrimonio Mundial de la Unesco.
A inicios de septiembre de 2023 cuando el Comité de Patrimonio Mundial reunido en Riad (Arabia Saudí) ha anunciado la incorporación de la candidatura “Menorca Talayótica. Una odisea ciclópea insular” a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Por su parte, el ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) ha destacado el “valor universal excepcional” del legado prehistórico de la isla, y ha concluido que la candidatura menorquina reúne todos los requisitos de “autenticidad e integridad” necesarios para ser merecedora de tan importante reconocimiento.
Con esta inscripción, España se convierte en uno de los países con más bienes registrados en el prestigioso listado y en uno de los más reconocidos a nivel internacional por la variedad, riqueza y calidad de su patrimonio.
Desplazada a la capital saudí, la presidenta del Gobierno balear, Marga Prohens, ha declarado que este ha sido “un día histórico” para las islas, y se ha comprometido a “gestionar el patrimonio, a explicarlo, a protegerlo para que este llegue a las nuevas generaciones.
Este es un bien único en el Mediterráneo”. Por su parte, el ministro de Cultura y Deportes en funciones, Miquel Iceta, se ha felicitado de que tras diez años de esfuerzos conjuntos se haya podido conseguir dicha inscripción que, además, resulta ser la número cincuenta en territorio nacional.
Y es que la importancia de “Menorca Talayótica” resulta indudable. La candidatura se divide en nueve áreas territoriales, que engloban 280 yacimientos, con sus respectivos conjuntos paisajísticos, que han han sido escogidos por acoger las mejores representaciones de la arquitectura ciclópea y de la cultura talayótica menorquina, y que destacan, además, por las orientaciones astronómicas de muchas de estas construcciones y sus posibles significados cosmológicos.
Otro de los aspectos que se ha destacado es la armonía con la que han convivido las diferentes construcciones ciclópeas erigidas en Menorca con sus pobladores a lo largo de la historia, en un paisaje mediterráneo poco alterado y con rasgos muy similares a los prehistóricos.
Como se ha apuntado, el conjunto, en el que se incluyen monumentos y vestigios diseminados por toda la isla, incluye necrópolis, talayots y las características taulas, que florecieron en torno al siglo VII a.C. y cuya función ha dado pie a diversas teorías que siguen debatiéndose entre los expertos.