Según un nuevo estudio, los cerebros de tres especies de delfines encontrados varados en la costa de Escocia muestran los rasgos distintivos de la enfermedad de Alzhéimer, lo que permite conocer mejor la enfermedad en especies distintas de los humanos
Según los investigadores, los hallazgos también pueden dar una posible respuesta a los varamientos inexplicables de delfines a lo largo de la costa.
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El alzhéimer es un trastorno neurodegenerativo común que afecta sobre todo a las personas mayores, con síntomas como pérdida de memoria, olvido y confusión.
Según un estudio publicado el 13 de diciembre en la revista académica European Journal of Neuroscience, investigadores de Escocia realizaron estudios post mortem en los cerebros de 22 odontocetos, o ballenas dentadas, lo que hace que sus hallazgos sean más detallados en comparación con otros, según los autores.
“Es más en profundidad y amplitud, ya que analiza un mayor número de animales de varias especies diferentes de cetáceos que se sabe que son de (mayor) edad para la especie”, dijo este martes a CNN Mark Dagleish, coautor y médico jefe de Patología Anatómica de la Universidad de Glasgow.
El estudio analizó especímenes de cinco especies: delfín gris, calderón común, delfín de pico blanco, marsopa común y delfín mular. De los 22 estudiados, 18 eran ejemplares envejecidos.
“Fundamentalmente, (se) examinaron los cerebros completos para proporcionar perfiles de lesiones (anomalías) utilizando más marcadores de la enfermedad de Alzhéimer”, añadió Dagleish, con las mismas técnicas empleadas para tejidos humanos.
Los resultados mostraron que tres delfines envejecidos –un calderón tropical, un delfín de pico blanco y un delfín mular– presentaban cambios cerebrales, o lesiones, asociados al alzhéimer en humanos.
Tara Spires-Jones, otra de las coautoras del estudio, declaró esta semana que a los investigadores “les fascinó ver cambios cerebrales en delfines envejecidos similares a los del (envejecimiento) humano y el alzhéimer”.
“Si estos cambios patológicos contribuyen al varamiento de estos animales es una cuestión interesante e importante para futuros trabajos”, afirmó Spires-Jones, catedrático personal de neurodegeneración del Decanato de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Edimburgo.
Los investigadores descubrieron que los ejemplares habían acumulado proteínas fosfo-tau y células gliales, y habían formado placas de beta-amiloide, la aglomeración de una proteína que se encuentra en cerebros de personas con alzhéimer. La distribución de estas lesiones era comparable a la de las regiones cerebrales de los humanos con alzhéimer, según el artículo de investigación.
Según Dagleish, estos hallazgos son “lo más cerca que se ha estado de demostrar que un animal desarrolla espontáneamente las lesiones asociadas a la enfermedad de Alzhéimer”, que se creía que solo se producían en humanos.
Los odontocetos suelen varar en grupos en las costas del Reino Unido, lo que, según los autores del estudio, podría respaldar la teoría del “líder enfermo”, según la cual el grupo sigue a un líder anciano hacia aguas poco profundas, posiblemente como consecuencia de la confusión.
La neuropatología similar de los delfines ancianos y los humanos con alzhéimer sugiere que los mamíferos marinos son susceptibles a la enfermedad, pero Dagleish dijo que solo se puede hacer un diagnóstico si hay déficits cognitivos.
Éstos suelen detectarse mediante evaluaciones del deterioro cognitivo, algo imposible con los estudios post mortem.