(Blum D. New York Times, agosto 21, 2022) Segunda parte
Una nueva generación de jóvenes adultos enfrenta desafíos sin precedentes y debilitantes. Hay jóvenes desorientados y desconcertados con sensación de que algo está mal, acuden al consultorio pacientes frenéticos y extenuados en sus últimos años de la adolescencia y entre los 20 y los 30 y tantos años.
“En efecto, la ansiedad, la depresión, la angustia y la desorientación incapacitantes son la norma”, escribió Byock en la introducción de su nuevo libro, Quarterlife: The Search for Self in Early Adulthood, en base a anécdotas de las consultas, expone los obstáculos que se les presentan a los adultos jóvenes de la actualidad (cuyas edades están entre los 16 y los 36 años) y cómo afrontarlos.
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Al igual que la mediana edad, el cuarto de vida puede conllevar su propia crisis: intentar separarse de los padres o cuidadores y forjar una idea del propio yo, es una batalla. Pero la generación que en este momento está entrando en la adultez se enfrenta a desafíos nuevos, en ocasiones aún más debilitantes.
Muchos jóvenes tienen dificultades para pagar la universidad o deciden no ir, y la “crisis existencial” que solía presentarse después de la graduación ocurre a edad cada vez más temprana, aseveró Angela Neal-Barnett, profesora de psicología de la Universidad Estatal de Kent quien ha estudiado la ansiedad en los jóvenes.
Según encuesta reciente en internet de Credit Karma, plataforma de finanzas personales, casi una tercera parte de los adultos de la generación Z viven con sus padres u otros familiares y planean quedarse ahí.