Antiguos dados de 20 caras con los que jugaban los antiguos romanos

Ante nuestros ojos modernos, estas reliquias claramente son parientes de los dados
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Los dados, y sus respectivos juegos de azar, tienen una historia milenaria. Los dados probablemente tuvieron su origen como tabas–huesos provenientes de las patas de los animales–marcadas que se usaban para echar la suerte y hacer predicciones e interpretaciones divinas.

Ante nuestros ojos modernos, estas reliquias claramente son parientes de los dados, pero otras versiones con más caras pueden parecernos un poco confusas. Los poliedros (sólidos de varios lados) con inscripciones de caracteres griegos o romanos eran comunes en esa época y probablemente se usaban junto con los oráculos.

Los dados poliédricos incluyen el dado estándar de seis caras. A medida que aumenta el número de lados, el dado comienza a parecerse más a una esfera. Entre los dados griegos y romanos con muchos lados, el dado icosaedro (20 lados) es el más común en los registros arqueológicos.

El hueso y el marfil eran materiales comunes, y había dados más lujosos hechos de bronce, cristal de roca, vidrio, ónix, fayenza, azabache, alabastro, mármol o ámbar. Cada cara triangular llevaba una inscripción. Las letras griegas eran comunes, incluso en la época romana. También aparecen números romanos, y hay reportes de un dado egipcio con nombres de deidades.

El uso exacto de los dados icosaedro aún está envuelto en misterio. De acuerdo con el Museo Metropolitano de Arte, “es posible que se hayan utilizado junto con un oráculo inscrito en un pilar instalado en un lugar público”. Echar el dado determinaba qué parte de un oráculo consultar.

Los oráculos eran generalmente sacerdotisas que se creía que interpretaban o hablaban por los dioses. Sus dichos a menudo estaban escritos y podían ser consultados por aquellos que buscaban sabiduría o adivinar el futuro.

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