Capital Vampiresco En SLP

Nuevas formas de explotar al máximo la jornada laboral.
Miguel Ángel Álvarez

Tenía varios días buscando a un viejo amigo, un obrero de la construcción. Un vecino me indicó dónde encontrarlo, “trabaja en la construcción de un nuevo fraccionamiento en Villa de Pozos”, me dijo. Demarcación que en los últimos años ha tenido un vertiginoso desarrollo habitacional dado la migración de miles obreros que laboran en la zona industrial, y que necesitan un hábitat cerca de su fuente de empleo.

Lo encontré sentado y recargado en una barda recién construida del nuevo conjunto habitacional que se está levantando, lo vi escondido ocultando algo y mostrando cierta pena, espantado exclamó.

¡CaB… ya me torciste! ¡Chance! Déjame me ch…esta piedrita, dijo apurado. Lo había descubierto inhalando la combustión de la famosa droga el “cristal”, una metanfetamina altamente adictiva, fabricada con anfetamina, ácido de batería, hidróxido de amoniaco, anticongelante, acetona, antihistamínicos y otras porquerías.

Le inquirí del porque se drogaba y me dijo: “es por el jale, los patrones ya quieren terminados los cuartos para mañana, y apenas estamos levantando las bardas, llevo dos días sin dormir, con este foquito encendido aguanto”, me explicó agitado, mostrando su rostro demacrado y sus labios secos.

Otro caso. “Usted ya sabe lo que tengo, mis hijos son adictos y le hacen al “krico” (otra manera de llamarle al “cristal”), me comenta doña Juana apreciable amiga de Ciudad 2000 : “Laurita ya se había alejado del vicio, incluso la tuve anexada; pero ahora que entró a la fábrica volvió a consumir la droga, y es que se la pasa todo el día o noche trabajando, se va de aquí a las 7 de la tarde en el camión que pasa por ella porque entra a las 9 de la noche, para salir a las 9 de la mañana de otro día y llega aquí a las 11 am, y todavía tiene chispa; le da de comer a su bendición, hace sus quehaceres, duerme un poco, y se prepara para irse a trabajar en la tarde. No sé cómo le hace para aguantar tanto, a veces anda sonriente, otras veces se pone agresiva aquí en la casa, y creo que es por la droga”. Dice con tristeza la madre.

Y agrega: “pero creo que eso de drogarse, son por las chances que les dan los patrones a los obreros para que aguanten, es que eso de trabajar 12 horas diarias es una fiega”.

Laurita es una joven obrera de la rama automotriz, de apenas 17 años y es madre soltera. Una muchacha menudita, chaparrita, muy delgada, pómulos hundidos y de tez pálida. Lo que conserva de su corta edad es su tierna sonrisa y ojitos brillantes. Nos cuenta su vida en la fábrica.

Ya había dejado las drogas, pero ahora que entré a trabajar es duro, no aguantaba las desveladas, tomaba pastillas de Tiamina, Quimara, café o bebidas energéticas y no me hacían efecto; hasta que un día una compañera líder de nuestra área me dio el “krico” y me aliviané; ahora me concentro mejor en el trabajo, me quita el hambre, la sed y hasta las ganas de ir al baño; duro dos días sin dormir, y te sirve cuando te piden horas extras o que dobles turno, 24 horas seguidas. Un escenario de horror.

Como describiera Carlos Marx, teórico del proletariado mundial en su gran obra del Capital, escrita en 1867 la situación de la clase obrera de su época. “En esta manufactura, el Dante encontraría superadas sus fantasías infernales más crueles”. (El Capital, crítica de la economía política, p 191, primer tomo) Y es que hoy como hace siglos la situación de miseria y explotación de la clase laborante cada día se profundiza más, las leyes y derechos de los trabajadores les valen un “pito” a los patronos y al gobierno de la 4T, a pesar de que la Ley Federal del Trabajo define muy claro los límites máximos y humanos de la Jornada Laboral. La Ley Federal del Trabajo en su artículo 61, señala que la jornada laboral debe ser de 8 horas en turno diurno y de siete horas en turno nocturno y siete horas y media en turno mixto.

En su artículo 66 de la Ley Federal del Trabajo establece que podrá prolongarse la jornada de trabajo por circunstancias extraordinarias, SIN EXCEDER NUNCA TRES HORAS DIARIAS NI TRES VECES EN UNA SEMANA. Siempre y cuando se le retribuya en pago extra al trabajador, con una cantidad igual a la que corresponde a cada hora de la jornada normal, según el artículo 67 de la misma ley. Pero en muchas fábricas de San Luis Potosí, a los trabajadores les venden la idea de que la Jornada Semanal es de 48 horas (8 horas X 6 días de trabajo= 48 horas y un día de descanso) y entonces los ponen a trabajar en otra “modalidad”, 12 horas X 4 días= 48 horas y dos días de descanso, pero es un abuso inhumano, porque no se les pagan tiempos extras o cuando doblan turnos, y se ahorran los patrones ocupar más trabajadores. Un obrero vale por dos, y así se ahorran cuotas al IMSS, Infonavit, Afore, de la STPS, aguinaldos, vacaciones, utilidades, etcétera. El incremento del capital, un vampirismo insaciable.

Aquí gano bien de 1500 a 2000 por semana debido a los tiempos extras.

Dice inocentemente Laurita a costa de su salud y su vida; y por su adicción al “krico”, droga que está diezmando la vida de muchos jóvenes potosinos, calificada como la segunda droga más terrible y adictiva después del alcohol, por ello también la preocupación del mandatario estatal Ricardo Gallardo Cardona, que hace unos días habló del alto consumo del “cristal” en la entidad: “en San Luis Potosí, según un estudio de la Guardia Civil, tenemos más de 40 mil jóvenes y personas consumidoras de drogas, en especial del cristal”. Y anunció medidas para combatir su consumo.

Una de esas causas lamentablemente, es la terrible situación de clase laborante en San Luis Potosí, su miseria; su hambre ante el incremento de los productos de la canasta básica (por la inflación que alcanza casi el 8%, de las peores de los últimos 20 años) y los salarios tan miserables que percibe, y que se ve obligado a trabajar extenuantes jornadas de trabajo, laborando tiempos extras o doblando turnos, para llevar el pan a la casa. ¿Tiempo para su recreación, diversión, educación o para alimentar su espíritu? Ni en sueños.

El consumo del “cristal” y otras drogas, forman parte del conjunto de insumos para que la clase obrera “rinda más” en el proceso de producción de mercancías y en su creación de plusvalía, para reproducir y aumentar las riquezas mal habidas del capital, además, para mantener a una juventud embrutecida y ajena a los agudos problemas sociales que le rodean, para que no se rebele y exija lo que por derecho le corresponde.

Pero ya se acercan tiempos mejores, tiempos de luz y de claridad en la conciencia de los trabajadores; de coraje, indignación y rebeldía; de lucha por una sociedad mejor, más sana y de bienestar para todos. Lo aseguro.