Parece que ha pasado una eternidad desde que – hace exactamente 200 años – nacieron las Sociedades de Inversión de Capital Fijo. Con este nombre se indica el primer fondo de inversión de la historia, entrado en funcionamiento en los Países Bajos en el lejano 1822 por voluntad del rey Guillermo I.
En este tiempo, el mundo de las finanzas ha avanzado a pasos agigantados. Hoy, la palabra inversión ya no está relegada al entorno de las clases pudientes de la sociedad, sino que forma parte del vocabulario común.
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Si antes era habitual guardar los ahorros en el banco, cada vez son más las personas que, en cambio, optan por realizar inversiones. Las más seguras incluyen los bienes raíces, los CETES, los títulos de deuda del gobierno americano, los fondos de inversión, el oro y los fondos de ahorro para el retiro.
Sin embargo, antes de tomar una decisión en este sentido, hay que tener en cuenta que cualquier inversión puede acarrear problemas de todo tipo – riesgos de mercado, inflación, legislación y crédito, entre otros. Para evitarlos, se proponen a continuación algunos consejos prácticos sobre cómo gestionar el riesgo como inversor.
- Conocer en profundidad el bien o los activos en los que se invierte. Cada uno es responsable del destino de su patrimonio, por lo que es fundamental estar al corriente de todos los secretos sobre el servicio que se entiende contratar.
- Diversificar. En un momento histórico caracterizado por una realidad económica y financiera extremadamente compleja, para reducir el riesgo de perder dinero es esencial invertir en la mayor variedad posible de sectores, activos y áreas geográficas.
- Elegir una estrategia a largo plazo. Después de asegurarse de tener un fondo de emergencia a disposición, ocurre seguir el ejemplo de expertos como Warren Buffett, quien opta por inversiones a largo plazo – a partir de los 5-10 años – para reducir el riesgo y aumentar la rentabilidad de las mismas.
- No dejar que las emociones se apoderen de uno mismo. Aunque en la vida cotidiana un sano toque de instinto y de corazón nunca falla, en el mundo de los negocios siempre es oportuno confiar en la racionalidad, ya que las decisiones apresuradas conducen muy a menudo a pérdidas considerables.
- Determinar el perfil de inversión. Dependiendo de si es conservador, moderado o arriesgado se debería estar dispuestos a aceptar un rendimiento distinto – respectivamente bajo, medio o alto.
- Evitar endeudarse para invertir. Una elección de este tipo solo es adecuada para los inversores que tienen un perfil de riesgo muy alto, ya que el uso de dinero ajeno para realizar este tipo de operación provoca un aumento del riesgo de la inversión.
- Estar al día con la actualidad. Mantenerse constantemente informados sobre las tendencias vigentes en los ámbitos económico, tecnológico, político y social ayuda a prever el futuro y, de este modo, tomar decisiones más informadas y prudentes.
- Realizar cobertura. También conocida como hedging, esta práctica consiste en acompañar la inversión principal con otra dirigida a reducir el peligro de perder dinero en caso de que la primera no vaya como se esperaba.
Estos son sólo algunos de los principales consejos a tener en cuenta a la hora de realizar una inversión. Sin embargo, además de estos, sería oportuno considerar también la inflación, así como los aspectos fiscales y legales.
Estas sugerencias son aún más relevantes a la luz de los enormes cambios que se están produciendo actualmente en el ámbito de las inversiones. Si en los últimos años han ganado terreno las criptomonedas, se espera que los sectores de mayor interés para el futuro próximo sean los NFT y el metaverso.