Se trata, por tanto, “de no hacer siempre lo mismo, de innnovar, de no tener siempre sexo en la cama, buscar nuevos ambientes estimulantes, explorar los rincones de la casa, incluso ir a hoteles o visitar ambientes liberales”.
El sexo, como muchas otras facetas de la vida y de la salud, puede practicarse de formas muy diversas. Cada persona o pareja es diferente y tiene unos gustos diferentes por lo que no es de extrañar que cada vez aparezcan nuevas formas de disfrutar del sexo.
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A la mayoría de las personas les sonará, más o menos, lo que es el sadomasoquismo, pero ¿qué es el BSDM? ¿y el kinky? Son prácticas sexuales que cada vez están adquiriendo más popularidad, sobre todo entre los más jóvenes y entre los que buscan, fundamentalmente, evitar el aburrimiento en la pareja dentro del ámbito sexual.
El kinky se basa en otro concepto y puede incluir o no el BSDM. La idea es buscar prácticas sexuales fuera de lo convencional, es decir, fuera del sexo normativo. Los especialistas en sexología insisten en que “el kinky se refiere a los encuentros sexuales que se mantienen alejados de la rutina introduciendo cambios constantes para que las personas o parejas no se aburran”, señala Taso. Puede ir desde “un cambio de espacio donde mantener relaciones sexuales hasta cambios de posturas sexuales”.
Se trata, por tanto, “de no hacer siempre lo mismo, de innnovar, de no tener siempre sexo en la cama, buscar nuevos ambientes estimulantes, explorar los rincones de la casa, incluso ir a hoteles o visitar ambientes liberales”.
Cada vez más interés
La verdad es que estas prácticas que buscan relaciones alejadas de lo convencional, cada vez tienen más adeptos. Aunque, como afirma Tasso, “no hay un porcentaje cerrado de personas que practican BDSM, sí son cada vez más quienes se animan a profundizar en este tema”. Según ella, “todo el mundo, en mayor o menor medida, lo ha practicado incluso sin darse cuenta, ya sea dando un azote a su pareja o atándole las manos con un pañuelo”. Por lo que, en su opinión, “ya no es lo que antes se llamaba una minoría erótica”.
En parte, una de las razones del aumento de este tipo de prácticas sexuales es, sin duda, el fenómeno literario 50 Sombras de Grey, de E.L. James. En opinión de la sexóloga, esta saga “tuvo mucho que ver a la hora de visibilizar el BDSM y sirvió para mostrar al mundo que hay otra forma de vivir y entender el sexo que, hasta ese momento, había sido tabú”. Pero no solo Grey, “las redes sociales también han contribuido a hacer conocer esta erótica, de hecho son cada vez más numerosas las personas que postean sus sesiones BDSM a través de fotografías y/o escritos”.
Otra de las razones de este aumento en la tendencia de este tipo de prácticas es que cada vez “estamos buscando permanentemente romper la rutina sexual a la que culpamos de que nuestro deseo sexual se apague”.