María José Guerrero es una de las nuevas voces del doblaje en México; aquí te contamos cómo ha sido su camino para cumplir el sueño que tuvo desde niña.
Cumplir los sueños requiere de talento, mucho esfuerzo y dedicación. Al menos así ha sido para María José Guerrero, una de las nuevas y poderosas voces del doblaje en México.
Muchos niños reconocen a sus personajes y actores favoritos, incluso se disfrazan de ellos en ocasiones especiales. Pero María José iba un paso más allá, pues no solo quería ser y jugaba a ser la protagonista de su caricatura favorita, ya que soñaba con darles voz. Más que Vegeta, de Dragon Ball, ella era fan de René García, quien le daba vida en la versión que se transmitía en México. También le gustaba mucho lo que podía hacer Cristina Hernández con Cardcaptor Sakura.
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María José nunca fue ajena al medio artístico, ya que su papá, de nombre Álvaro Guerrero es actor y ha participado en distintos proyectos de teatro, cine y televisión. Sin embargo, ella dudaba de su potencial y habilidad para la actuación, pero nunca se le quitó la espina o curiosidad de dedicarse al arte.
Ese temor la llevó a estudiar diseño gráfico. Pero un día, en el año 2011, el destino quizo que entrara a una conferencia que hubo en su universidad con Arturo Mercado, uno de los consagrados del doblaje en México y quien le dio voz a Simba, Pedro Picapiedra (después de Jorge Arvizu ‘El Tata’), Yoda, entre otros. Al final de la plática se acercó a él para preguntarle cómo podía hacerle para dedicarse a ello. Su respuesta: ser actriz.
María José decidió dejar el diseño a la mitad de la carrera y moverse de Querétaro a la Ciudad de México. También se animó a renunciar al despacho de contadores donde trabajaba para, por fin, aceptar lo que tanto había negado: tenía mucho talento y deseaba dedicarse a la actuación.
El examen de admisión del Centro Universitario de Teatro es sumamente difícil. Majo, como la llaman sus amigos, fue una de las 16 personas de 300 que obtuvieron un lugar en el CUT. Ahí terminó de desarrollar sus habilidades de actuación y canto -incluso en algún punto quiso hacer ópera-, pero no había borrado de su memoria el consejo de Arturo Mercado.
¿Cómo logró su sueño?
Aunque es una rama de la actuación, el doblaje es un medio cerrado y el proceso para ser seleccionado para un papel es distinto al cine, teatro o televisión.
Betzabé Jara fue su maestra de doblaje y fue quien le dio su primer llamado y le enseñó todo lo relacionado a este bello mundo.
María José cuenta a Excélsior Digital que para un papel uno no audiciona. Primero se hace sala, que es ser invitada para ver cómo trabaja un director con los actores. Después se empieza haciendo ‘ambientes’.
Cualquiera que vaya iniciando en este mundo entra a cabina con otros compañeros y hacen ambientación para una escena que en ese momento les avisan de qué trata. Ya que están en cabina el director les explica de qué va el proyecto a trabajar.
Sus primeros ambientes fueron para una película que no sabía cuál era hasta minutos antes de comenzar. A pesar de los nervios, tenía confianza en su carrera como actriz de teatro le ayudaría a sobrellevar este momento clave en su carrera.