Un portaviones estadounidense de propulsión nuclear ha llegado al océano Índico para participar en la segunda fase de los ejercicios militares Malabar.
El portaviones USS Carl Vinson, de clase Nimitz, junto con el crucero de misiles guiados USS Lake Champlain y el destructor de misiles guiados USS Stockdale representarán a la Armada estadounidense en las referidas maniobras militares.
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En las prácticas, que se llevarán a cabo del 12 al 15 de octubre en la Bahía de Bengala, participan también las Armadas de los países de la Alianza Quad, es decir Australia, La India y Japón.
“La segunda fase del ejercicio se basaría en la sinergia, la coordinación y la interoperabilidad desarrolladas durante la primera fase y se centraría en ejercicios avanzados de guerra de superficie y antisubmarina, evolución de la náutica y disparos de armas”, detalló el domingo el portavoz de la Armada india, el comandante Vivek Madhwal.
El vocero agregó que, estos ejercicios “reflejan el compromiso de los países participantes de apoyar un Indo-Pacífico libre, abierto e inclusivo, así como un orden internacional basado en normas”. Las maniobras se realizarán en medio de la creciente tensión entre los cuatro miembros de Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, conocida como Quad, y China. El gigante asiático considera la alianza Quad parte de la estrategia de Washington para contener la creciente influencia china en la región del Indo-Pacífico y denuncia a este cuarteto como una “pequeña OTAN”.
La primera fase de los ejercicios Malabar se efectuaron desde el 26 hasta el 29 de agosto en el mar de Filipinas, frente a la isla de Guam, ubicada en el océano Pacífico.
China mostró músculo al Quad ejecutando un ejercicio militar a gran escala en agosto en vísperas de la primera fase de las maniobras Malabar en el mar de la China Meridional —cuya soberanía reclama Pekín—, el mar Amarillo y el estrecho de Bohai.
Washington ha llevado a cabo frecuentes simulacros y navegaciones de tránsito por las aguas del mar de la China Meridional, rico en recursos, en un intento por hacer frente a lo que considera una militarización china de la región, mientras que Pekín acusa a Washington de provocaciones en la zona.