La corrupción en la administración federal

  • Múltiples dependencias del gobierno federal son excesivamente laxas en el cumplimiento de la ley
La corrupción en la  administracion federal

En cada administración Federal los mandatarios o presidentes de la República han tenido un tema insignia que esgrimen durante toda su administración, el actual presidente de la República uno de sus temas o banderas insignia es la anticorrupción.

En materia de corrupción, tal vez su bandera más hondeada a lo largo de más de una década, especialmente desde 2018, el estudio presentado rccientemente por el Imco (Instituto Mexicano para la Competitividad) demuestra con claridad que múltiples dependencias del gobierno federal son excesivamente laxas en el cumplimiento de la ley: No hay procesos para licitación de contratos, se otorgan compras multimillonarias por asignación directa o no se informan con transparencia las empresas a quienes se han otorgado contratos.

El presidente con recurrente frecuencia, intenta remarcar la diferencia de su gestión contra sus antecesores: “no somos como los de antes”, “nosotros somos diferentes” y afirmaciones de esa naturaleza.

Si contrastamos la realidad y los hechos cotidianos con dichas afirmaciones, se demuestra lamentablemente lo contrario.

El 59 por ciento de las dependencias federales tiene señalamientos por asignación directa, incumplimiento de la ley o poca transparencia. El 66 por ciento empeoró el Índice de Riesgo de Corrupción del Imco.

La Secretaría de Marina no informa del 96 por ciento de sus contratos; el Insabi tiene 66 por ciento de asignaciones directas; Pemex y CFE no informan (por ley, esa sí no la cambian) de los beneficiarios de sus contratos.

Curiosamente los que aparecen como cumplidores son los organismos autónomos: el INE, el INAI, la Cofece. Esos sí informan con transparencia, con concursos, etcétera.

Es el gobierno del oscurantismo, la nula transparencia y los hábitos más corruptos de la administración pública federal.

¿Pues no que eran diferentes?

Como dijo en privado un alto funcionario de la presidencia actual: “claro que va a haber ricos en este sexenio, pero van a ser nuestros ricos”.

En materia de seguridad, este país ya puede hablar de ‘los muertos de López Obrador’. De la misma forma como se calificó el sangriento saldo por violencia criminal y por combate de las Fuerzas Armadas contra el crimen en los sexenios anteriores, hoy tenemos la certeza de que el saldo de esta administración supera ya a las anteriores.

Por supuesto es anatema mencionarlo en cualquier conferencia o evento del presidente, porque estalla con los otros datos inexistentes, pero el registro puntual del gobierno que es la fuente oficial, arroja más muertes en estos primeros tres años, que en los respectivos de los gobiernos de Calderón y Peña.

En días recientes entramos a la polémica de los pobres, contabilizados por el Coneval, cuyo resultado fue, por supuesto, descalificado por el presidente: 3.8 millones de mexicanos que se sumaron a las filas de la pobreza desde 2018. AMLO afirma que es falso, que él tiene otros datos.

¿Ha notado usted que nunca, pero nunca, presenta AMLO otros datos? Es una cantaleta claramente identificada por años, desde su etapa interminable de candidato. Sólo niega, rechaza y descalifica, pero nunca jamás ofrece evidencias de lo que dice. Es el pregón sin substancia.

En materia de energía y su inicial batalla contra el robo de combustibles y el huachicol, un problema de proporciones mayores, no sólo por el daño al patrimonio nacional, sino por la actividad criminal fruto del enfrentamiento y la sangre por el comercio ilegal de gasolinas. Dijeron que se había acabado, que ya no existía, que lo habían eliminado al cortar los ductos de sustracción de refinerías y tanques de almacenamiento, incluso, iniciado procesos contra cómplices dentro de Pemex.

Pues a tres años, no hay un solo detenido por el tema, procesado, sentenciado y el problema subsiste. Por la autopista México-San Miguel de Allende, la desviación desde la autopista de Querétaro a San Luis Potosí. Todas (unas 10 en total) estaciones de gasolina de diferentes marcas y concesionarios, cerradas a piedra y lodo. En su lugar, se multiplican estaciones clandestinas de venta ilegal mediante bidones y mangueras al lado mismo de la carretera, que se anuncian con intermitentes luces de alerta.

La 4T representa un rosario inacabable de promesas incumplidas, de verdades a medias y mentiras completas. Ni se acabó la inseguridad, ni se terminó con la corrupción, ni crecimos a ningún dígito, ni somos un país más igualitario ni democrático.